Al contrataque

Ítaca era Menorca

Cuando he visto las fotografías de Mas bajo el sol no he podido evitar pensar en la prisión, en quienes llevan allí meses

ARTUR MAS

ARTUR MAS / .42216748

Najat El Hachmi

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Me acuerdo de unas imágenes de Artur Mas durante una campaña electoral y un detalle que me llamó la atención: encima de la mesa de su casa tenía un 'brik' de leche Hacendado. Pensé, mira, de Diagonal para arriba también compran en el Mercadona y entendí por qué los que formamos parte de la clase aspiracional nunca subiremos lo bastante en la escala social para olvidarnos de este tipo de detalles: porque nos lo gastamos todo en leches de marca, signo de distinción y progreso. Así es imposible comprarse un yate de 12 metros o permitirse unas vacaciones en Menorca, tal como hemos visto al 'expresident' estos últimos días.

Hemos tenido noticias del verano del navegante a Ítaca porque Mas fue increpado cuando gozaba tranquilamente del mar en calma. La noticia no ha sido, ni de lejos, el lujo con que veranea quien no hace nada pasaba la caja de solidaridad para pagar la multa impuesta por el Estado español. La astucia artúrica debía ser eso. A mí este tipo de cosas, será resentimiento envidioso, me agrietan el paquete tan mono llamado 'nosotros', en el que se supone estamos todos. La inclusión elevada a principio fundamental siempre y cuando uno no alce la voz para señalar las incongruencias, las mentiras y las manipulaciones. En nombre de la defensa ante el enemigo exterior, el 'nosotros' oprimido no admite disidencia ni crítica. Vaya chollo de democracia si se puede gobernar sin tener que rendir cuentas porque todo es culpa del enemigo. Quien se atreva a señalar la evidencia será expulsado inmediatamente, en este caso no del 'nosotros' formado por los defensores de cierta idea política, sino del 'nosotros' de la identidad colectiva. Esta construcción de la colectividad también sirve para anular cualquier mención a algún tipo de desigualdad relacionada con la economía. Recuerdo cuando aún se publicaban datos de niños desnutridos, de aquí, no del Sahel, y Francesc Homs salió a decir que lo que hacía falta era enseñarles a comer. La pobreza, en este 'nosotros', no existe. Y si por encima de la Diagonal compran Hacendado, será que quienes no se pueden permitir leches de marca también podrán gozar del verano en calma menorquín y de las paellas en Cadaqués. Lo contaré en mi barrio de origen, donde les han dicho que también son catalanes, que se acerquen a los yates y las segundas residencias aireadas a ver si allí les hacen un hueco.

Será que soy muy sentimental, pero cuando he visto las fotografías de Mas bajo el sol no he podido evitar pensar en la prisión, en quienes llevan allí meses y que iban en el mismo barco que navegaba hacia Ítaca. Un barco que ha hecho aguas, pero su capitán pudo saltar a tiempo para gozar de unas merecidas vacaciones bajo la opresión insoportable. Empiezo a creer, a estas alturas de la vida, que en toda idea de 'nosotros' anida, desde el principio, la semilla de la traición.