Al contado

Impuestos: ¿Gana la banca?

En el Reino Unido existe una tasa específica y un recargo sobre el tributo que grava los beneficios y no se ha desertizado la 'City'

Pedro Sánchez, en el Senado

Pedro Sánchez, en el Senado / periodico

Agustí Sala

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A día de hoy aún no se conocen casos de bancos que hayan huído del Reino Unido para evitar un impuesto como el que el conservador David Cameron estableció en el 2011. El denominado 'bank levy', un gravamen 'ad-hoc', con el que el Tesoro británico ha recaudado desde entonces unos 9.000 millones de euros, no ha desertizado la 'City', que se sepa. Y ya hace siete años que se aplica esta carga creada para recuperar parte de los costes de rescate del sector y para desincentivar la toma de riesgos excesivos tras la crisis financiera. Seguro que desagrada a la banca, pero los riesgos de huída, si los hay, tienen más que ver con el 'brexit' y la pérdida de ventajas de un mercado sin fronteras que con un tributo que, al final, acaban repercutiendo a los clientes. 

Es verdad que el gravamen, que recae sobre el pasivo (depósitos) con un valor de más de 22.500 millones de euros de las entidades autóctonas y extranjeras, se ha ido rebajando, del 0,21% inicial al 0,17% y caerá hasta el 0,10% en el 2021 y se aplicará solo sobre el balance del negocio británico de los bancos, en favor de los que tiene mucho negocio exterior. Pero para compensarlo, Londres se sacó de la manca un recargo del 8% en el impuesto de sociedades que solo pagan desde el 2016 los bancos con ganancias de más de 28 millones de euros y por el que tributan unas 200 entidades. En resumen, la banca, en el país que alberga una de las capitales financieras del mundo, paga ocho puntos más por sus beneficios que el resto de empresas y carga con una tasa específica, aunque con gravamen decreciente. Y sobrevive.

La Oficina de Responsabilidad Fiscal (OBR, por sus siglas en inglés) del Reino Unido, calcula que el 'bank levy' habrá recaudado entre el ejercicio 2016-2017 y el 2022-2023 unos 15.000 millones de euros, mientras que el recargo en el impuesto de sociedades habrá sumado 14.000 millones. No llega ni al 1% de la recaudación tributaria total del país, pero la suma de ambas cantidades equivale, por ejemplo, al presupuesto anual de la Generalitat. Y, además, entre sus contribuyentes está la filial de algún gran banco español.

¿A qué vienen, entonces, los lamentos apocalípticos que las grandes entidades han expresado durante la presentación de sus resultados esta semana ante la posibilidad de que el Gobierno de Pedro Sánchez establezca una tasa similar? Recuerda cuando el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero prohibió fumar en los bares: "Se cerrarán miles de locales, se destruirán miles de empleos..." decían en el sector. Y no sucedió. Tampoco ha pasado en el Reino Unido.

De entrada, a nadie le gustan los impuestos. Tampoco a quienes, sin más posiblidades de incidir directamente en la acción de gobierno, solo tenemos las urnas como canal de protesta. Se dice que la banca siempre gana ¿Se cumplirá el dicho también en esta ocasión?