Análisis

Esperando a Ada Lovelace

Es importante promover iniciativas para incentivar la vocación por las TIC, especialmete entre las mujeres

Ordenadores para una clase de inglés.

Ordenadores para una clase de inglés.

Robert Clarisó

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La paradoja se repite cada año. Miles de estudiantes deben elegir qué estudiarán en la universidad. Una de sus mayores preocupaciones es qué futuro les espera cuando se gradúen. Sin embargo, la mayoría deja de lado los títulos con mayor tasa de ocupación. ¿Curioso, verdad?

Hablamos de los grados másters STEM ('Science', 'Technology', 'Engineering and Mathematics'). Hablamos de los conocimientos científicos y tecnológicos que están detrás de las grandes revoluciones de la era de la información y que hoy son parte esencial de nuestra vida: Internet, los dispositivos móviles, la computación en la nube,… Hablamos de un sector cuya población activa en Catalunya ha crecido un 35% en los últimos 3 años (según datos del barómetro 2018 de CTecno).

Y por encima de todo, hablamos de un campo con la posibilidad de transformar radicalmente nuestra vida, nuestras relaciones y nuestra sociedad. Podemos revolucionar la medicina gracias a la bioinformática. Encontrar nuevos modelos de negocio gracias al análisis de 'big data'. Transformar el transporte con los vehículos inteligentes. Cambiar el paradigma de fabricación con la industria 4.0. Plantear nuevos modelos de economía colaborativa gracias a las criptomonedas. Proteger nuestra privacidad gracias a la ciberseguridad. Automatizar las tareas más repetitivas gracias a la inteligencia artificial. Mejorar nuestra vida diaria gracias al Internet de las cosas.

Las posibilidades de las TIC son prácticamente infinitas, pero el principal reto es el talento. Todas estas ideas necesitan alguien que los lleve a cabo: una nueva Ada Lovelace, un nuevo Alan Turing, un nuevo dúo dinámico como Steve Jobs y Steve Wozniak, …

¿Problema cultural o de estereotipos?

¿Qué estamos haciendo mal para que no haya más interés en este campo? ¿Es simplemente un problema cultural y de estereotipos? Son carreras difíciles. Son para “frikis”. Las mujeres no están hechas para esto. Si trabajas en esto, te pasarás la vida encerrado frente a una pantalla.

Tristemente, el factor cultural tiene mucho peso. Sirva este ejemplo como muestra: cuando los títulos en “informática” pasaron a llamarse “ingeniería informática”, cayó sustancialmente el número de mujeres que solicitaban el acceso… ¿¡sólo por el cambio de nombre!? Y así estamos hoy: en el curso 2016-2017, había solo un 12% de mujeres estudiando grados en ingeniería informática en España.

Por todo ello, es importante hacerse eco de las múltiples iniciativas que intentan promover nuevas vocaciones TIC. Por ejemplo, el grupo juvenil Macedònia actuaba este mes en el supercomputador MareNostrum del Barcelona Supercomputing Center para acercar la tecnología a las más pequeñas. Por otro lado, Entidades como la Sociedad Científica Informática de España (SCIE) y la Conferencia de Directores y Decanos de Ingeniería Informática (CODDI) apuestan por la inclusión de la informática como materia obligatoria en Educación Primaria y Secundaria.

¿Eres tú la próxima Ada Lovelace? Bienvenida, te estábamos esperando.