IDEAS

El payaso Trump

Trump y Putin, en Helsinki, el pasado 16 de julio de 2018.

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Josep Maria Pou

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Llego a EEUU mientras Donald Trump sigue en Europa haciendo barrabasadas. Será por eso, porque el gran jefe no está en casa, que en Nueva York el aire parece más limpio y se respira más saludable. A las 24 horas de mi llegada vuelve Trump y en Manhattan se hace de noche a mediodía con la cortina de agua más espesa que he visto en años. La naturaleza, me digo, que es sabia y se expresa a su manera.

Por cierto, quien tenga dudas acerca de cómo se ejerce la libertad de expresión en territorio USA que mire (hoy se ve todo en todo el mundo) la televisión americana de estos tres últimos días. La ridiculización extrema de Trump (Mr. President, por increíble que siga pareciéndonos) es constante, cruel, imaginativa y sin piedad. Su comportamiento de hace unos días con la primera ministra Theresa Mayprimera ministra Theresa May y el posterior encuentro con Putin en HelsinkiPutin , con el añadido de sus opinones sobre Montenegro y los montenegrinos (el “papus” de Europa, de repente) dan pie a todo tipo de burlas y provocan sonrisas misericordiosas cuando no carcajadas en directo, en la mayoría de informativos.

En EEUU la ridiculización de su presidente es extrema, constante, cruel, imaginativa y sin piedad

El jueves fui testigo de cómo una prestigiosa entrevistadora se partía de risa al leer la noticia de alcance que acababan de pasarle, en la que se daba cuenta de la invitación cursada a Putin por parte de la Casa Blanca. ¡Qué jolgorio en el plató! Cuando uno viene de un lugar en el que la libertad de expresión anda en manos de jueces cada dos por tres y donde cualquier comentario acerca de la figura del presidente (el que sea) hay que pensarlo dos veces antes de escribirlo, esto le reconcilia con la democracia.

El mismo día en que Trump regresaba de Europa, la gran Bette Midler volvía a Broadway para las 30 útimas funciones de 'Hello, Dolly!', que ella misma estrenó hace año y medio. La he visto y me ha rendido: genial, divertida, cercana, cómplice. Y payasa, enorme payasa, en el mejor sentido de la palabra.

Payaso por payaso, me quedo con el de Broadway. Mucho más sano. Y nada peligroso. 

(Felices vacaciones. Nos reencontramos en septiembre)