Dos miradas

Épica y lírica

La Crida Nacional per la República es 'procés' en estado puro. Grandes dosis de lírica aplicada en el feliz horizonte de la independencia y la inyección necesaria de épica para agitar conciencias

Carles Puigdemont saluda, a través de una pantalla, a los asistentes a la presentación de Crida Nacional per la República.

Carles Puigdemont saluda, a través de una pantalla, a los asistentes a la presentación de Crida Nacional per la República.

Emma Riverola

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Nace la Crida Nacional per la República. Una nueva plataforma política que aboga por la unidad del soberanismo. No es un partido, pero se plantea concurrir a elecciones. ¿El brazo político de ANC? Ya se verá. Pero mira cara a cara a ERC y PDECat y eleva la tensión en el combate por la hegemonía. Ya el nombre es una declaración. Apela a aquella histórica Crida a la Solidaritat de los años 80 que nació a favor de la normalización de la lengua catalana y se convirtió en una importante herramienta de reivindicación. Jordi Sànchez (ANC) o Carles Riera (CUP) formaban parte de ella. Éramos tan jóvenes…

La Crida es ‘procés’ en estado puro. Grandes dosis de lírica aplicada en el feliz horizonte de la independencia y la inyección necesaria de épica para agitar conciencias. Una construcción emocional en la que se suma el 'activo Puigdemont' (líder político y espiritual), la nostalgia, la dura realidad de la prisión, la apelación constante al 1-O y el ajuste a conveniencia del derecho, la historia y la política. Pero, como el ‘procés’, sigue fallando en lo básico: ¿cómo alcanzar el objetivo?

Para convertir la lírica en un manual práctico hace falta realismo y decir la verdad de la situación y de las fuerzas. Pero quizá eso no es tan urgente como el aire que necesita Puigdemont para seguir manteniendo el pulso. Otra cosa es si la perpetuación de esta confrontación sin estrategia de resolución da aire o asfixia a los ciudadanos de Catalunya.