MIRADOR
El eterno retorno
Sánchez lleva en el Gobierno poco más de un mes y ya le ha dado tiempo a decir y a desdecirse en varios asuntos
Cristina Pardo
Periodista
Cristina Pardo
Los políticos que dicen una cosa y luego hacen otra (es decir, casi todos), me provocan mucha indignación. Cuando utilizan como excusa la crisis económica, como hicieron Zapatero o Rajoy, tengo tendencia a dudar. Pero fuera de eso, incluso a veces ahí por prometer lo que no saben si podrán cumplir, me parece una actitud tremendamente bochornosa y muy dañina para la distancia cada vez más grande que separa a los electores de sus dirigentes.
El último ejemplo lo ha protagonizado Pedro Sánchez con la lista de personas que se acogieron a la amnistía fiscal del Gobierno del PP (porque fue una amnistía, aunque durante años nos dijeron que no). Cuando estaba en la oposición, tal y como nos han recordado estos días desde 'Maldita hemeroteca', el líder del PSOE dijo cosas como "esa lista de amnistiados fiscales es la lista de Rajoy. Y el señor Rajoy nos tiene que explicar en el Congreso de los Diputados por qué sigue protegiendo y escondiendo a esos grandes defraudadores". Y añadía: "Mirando a la cámara, le digo al señor Rajoy publique usted la lista de amnistiados fiscales porque merecemos saber la verdad".
Y siguió Sánchez, en diferentes ocasiones, pidiendo que se diera a conocer "la lista de la vergüenza", porque solo así habría regeneración política en este país. Hasta diez declaraciones en esta dirección hizo Sánchez. Creo que la más contundente fue ésta: "Os digo que si no publican ellos los nombres y apellidos de los amnistiados, lo haremos nosotros cuando lleguemos al Gobierno". Pues bien, Sánchez ya está en la Moncloa. ¿Y qué va a hacer? Lo contrario de lo que dijo. ¿Con qué argumento? Con el mismo que en su día utilizaron Montoro y Rajoy, que no es posible publicar la lista de defraudadores por la Ley de Protección de Datos. ¿Por qué el PSOE no consideró admisible la actitud del Ministro de Hacienda entonces y ahora ellos hacen lo mismo? Cosas que pasan y que nos tenemos que tragar. ¿Por qué en España se utilizan todos los temas como arma arrojadiza para tener que envainársela después?
Sánchez lleva en el Gobierno poco más de un mes y ya le ha dado tiempo a decir y a desdecirse en varios asuntos. El de la amnistía fiscal es quizá el más flagrante, pero también se nos anunció a bombo y platillo la exhumación de los restos de Franco "con carácter inmediato" y ahora resulta que no está claro si es viable. Y qué decir del sistema de elección del Presidente de RTVE... Qué espectáculo más grotesco. Luego quieren, con razón, que no digamos que todos los políticos son iguales.
Las generalizaciones no son buenas, aunque Sánchez va camino de superar a Rajoy también en raquitismo a la hora de comparecer públicamente en rueda de prensa. Es casi siempre prometer hasta meter (el voto en el bolsillo) y una vez metido, que le den por saco a lo prometido. Quiero creer que, efectivamente, todos los políticos no son lo mismo. Es muy nocivo para la salud democrática de un país terminar pensando así. Pero estaremos de acuerdo en que, a veces, lo parecen.
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