cumbre en bruselas

Trump, un caballo de Troya desbocado

Al presidente de Estados Unidos le gustan más los dictadores que los demócratas

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Ramón Lobo

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La izquierda española, y por extensión la europea no socialdemócrata, tiene un inesperado aliado en su batalla ideológica contra la Alianza Atlántica: Donald Trump. Tras gritar durante años “OTAN, no; bases fuera”, resulta que el liquidador de esta organización militar, clave durante la Guerra Fría, va a ser un presidente de EEUU, el país que la fundó en 1949. Es lo que sostiene el exembajador de EEUU en Rusia, Michael McFaul, en su cuenta de Twitter: “Trump ha hecho más daño a la OTAN en 18 meses que la URSS y sus líderes en siete décadas”.

No hubo amenaza directa de abandonar la OTAN, como algunos analistas temían, pero sí algo más que una advertencia: si los otros 28 países miembros no incrementan su gasto militar hasta el 2% del PIB, como se comprometieron en el 2014, EEUU irá por su cuenta. Está por ver si es una bravata o un anuncio anticipado de disolución.

Solo cuatro países cumplen

En España lo tenemos complicado: somos de los que menos gastamos: el 0,9% del PIB, igual que Bélgica, y un poco por encima de Luxemburgo, y muy lejos del 3,6% de EEUU o del 2,1% del Reino Unido. Solo cuatro países, además de EEUU, llegan al objetivo.

En su rueda de prensa del jueves, diseñada para satisfacer a su público estadounidense, Trump presentó como un triunfo personal que todos se comprometieran a subir de inmediato al 2%. Afirmó que la OTAN era ahora mucho más fuerte que hace dos días. Dijo también que quería que sus aliados llegaran pronto al techo del 4%, algo que el presidente francés, Emmanuel Macron, consideró imposible e innecesario.

Trump aseguró que EEUU paga el 90% del presupuesto de la OTAN, algo que es falso. Su contribución directa representa el 22%, que subiría a algo más del 70% si se añaden los gastos indirectos, como el coste de la guerra de Afganistán, una misión esencialmente norteamericana con apoyo de la OTAN.

Interdependencias

Trump está convencido de que EEUU está financiando la defensa de Europa, con la presencia añadida de unos 50.000 militares, además de bases. Vende que los contribuyentes norteamericanos no pueden seguir pagando la defensa de Alemania si esta acepta ser dependiente del gas natural de Rusia. Es un discurso que llega a sus votantes, para los que todo lo que esté a 10 kilómetros es el extranjero. No concibe la OTAN como una organización de defensa común, imprescindible para la seguridad de EEUU. Trump cree que su país se defiende solo, que no necesita alimentar parásitos.

La OTAN que buscaba un sentido en un mundo post-Guerra Fría ha dejado de existir. Mientras que en el comunicado final se señala a Rusia como un peligro para la seguridad de Occidente, Trump afirmó en la rueda de prensa que Putin es un competidor, no un enemigo, y que le ha tratado muy bien las dos veces que se han visto como mandatarios; también que podrían llegar a ser amigos.

Tras una crisis financiera y económica originada por la barra libre de Wall Street (Lehman Brothers como ejemplo de gula expansiva), que ha devorado millones de empleos y derechos sociales, ningún Gobierno europeo está en condiciones de vender a sus opiniones públicas un gasto militar del 2% del PIB. Puestos, sería más útil potenciar el embrión del Ejército Europeo. Tal vez a través de la defensa los 27 gobiernos de la UE encuentren más elementos en común que cuando hablan del euro o de migración.

La liga de los bocazas

Uno de los momentos más surrealistas se produjo cuando un periodista le preguntó por la invasión rusa de Crimea. Trump dijo que era un asunto de Obama, que con él en la Casa Blanca no habría pasado y que Rusia había gastado mucho dinero en inversiones. Es decir, capítulo cerrado.

Al presidente de EEUU le gustan más los dictadores que los demócratas, prefiere los macho alfa a las líderes como Merkel y Theresa May, a quien ha tratado de dañar con su apoyo al 'Brexit' duro a Boris Johnson como primer ministro británico. Johnson es otro que juega en la liga de los bocazas.

No sé si la Alianza sobrevivirá al actual presidente. La pregunta es si sobrevivirá el EEUU que conocemos. Ya no está en el escaparate como el país de las oportunidades y de los sueños que se cumplen. Lo que está a la vista es un país antipático que detiene a los niños inmigrantes. Habrá que seguir haciendo un esfuerzo para no confundir al 'clown' con un EEUU de personas que ha puesto en marcha la revolución del Me Too. Hay vida más allá del ego de Donald Trump.