Opinión | LIBERTAD CONDICIONAL

Lucía Etxebarria

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El timo de la 'operación biquini'

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nnavarro42701103 barcelona 27 03 2018 ambiente en la playa de la barceloneta 180621161451 / Ferran Nadeu

La semana pasada les contaba que mi teléfono tiene una aplicación de Google, de forma que en cuanto pincho en la barra de búsqueda, el propio buscador me va pasando noticias que el algoritmo ha decidido que me pueden interesar. Últimamente me llegan noticias sobre métodos de adelgazamiento. Esta misma mañana me ha entrado una con un titular aterrador: "'Operación biquini', empieza la cuenta atrás".

Se da la circunstancia de que yo estoy ahora mismo en plena 'operación exámenes de junio' (estudio Psicología, quizá alguien de los que me siguen haya notado las referencias), razón por la cual yo siempre engordo en estas fechas. En primer lugar, porque me encierro a estudiar y no puedo ir a correr cada mañana, puesto que mi tiempo está racionadísimo. En segundo, porque para soportar el cansancio me pongo ciega a plátanos y chocolate (potasio y magnesio).

Yo sé que hay gente a la que en estas fechas les pasa todo lo contrario. El estrés les impide comer y les deja en los huesos. Tenía la tentación de escribir que les envidio, pero eso sería estúpido y cruel. Sé que esta gente lo pasa verdaderamente mal. Pero el hecho de que la frase se me haya pasado por la cabeza ya indica en qué sociedad he crecido: en una que cree que cualquier sistema merece la pena si el resultado es que vas a adelgazar.

Hace unos años, precisamente en estas fechas, yo me encontraba en Barcelona, en la playa. Estaba rodeada de mujeres delgadas y tonificadas, y en comparación yo me sentía gorda y fea. Al final, por vergüenza, acabé por taparme. Estaba en la playa en 'shorts' y camiseta, no en biquini.

"Ya está bien de flagelarnos, como si nuestros cuerpos no fuesen nunca suficientemente aceptables y hubiera que estar en permanente lucha para abrazar un ideal"

Semanas después me hallaba en la playa de Azzemour, en Marruecos. En cuanto me dirigía al agua, se levantaba algún hombre y me seguía, hablándome en árabe.

¿Porque yo era extranjera? No. En aquella playa no había extranjeras. Azzemour no es una zona turística. Y si ven mi foto en este artículo, verán que yo soy morena de ojos negros. En cuanto tomo el sol, parezco más marroquí que el té con menta.

¿Porque yo llevaba biquini? No. Pese a la idea que tenemos aquí, en Marruecos muchas mujeres usan biquini. Además, a mi lado había varias chicas muy delgadas en biquini.  Pero los hombres no las miraban a ellas. El ideal de belleza árabe no es el de una mujer delgada. De hecho, las mujeres bereberes solían usar (a veces aún usan) lavativas de agua salada para provocar retención de líquidos y poder lucir así unas cadenas anchas.

Al final, acabé de nuevo con 'shorts' y camiseta. En Barcelona me sentía horrorosa de fea, en Azzemour he de reconocer que, aunque el acoso me tenía harta, de pronto me sentía preciosa.

En aquella zona de Marruecos no hay muchas vallas publicitarias. Alguna hay en la carretera, pero no es lo normal. Y es absolutamente imposible que veas a una mujer en biquini. No como aquí, que son omnipresentes en la parada del autobús o en los escaparates En mi casa había una televisión muy vieja, solo captaba canales marroquís, argelinos o saudís, y en ellos las mujeres salen siempre vestidas. Me bastó un mes allí para sentirme bellísima, porque no me bombardeó nadie con imágenes de mujeres delgadas 'bigger tan life'.

Mandatos fabricados

Para los marroquís, yo era Bellísima. Y no lo sabía solo porque los hombres me siguieran. Las mujeres de mi pueblo me decían constantemente que no entendían que una mujer tan guapa como yo no estuviera casada, y no dejaban de alabar mis facciones y mis 'proportions harmonieuses' (mi cuerpo, querían decir). Una vecina me dijo que no me invitaba a su casa porque tenía miedo de que su marido se fijara en mí.

La 'operación biquini' es una de las muchas presiones que recibimos las mujeres desde un canon absolutamente imposible de conseguir, pero que actúa como un mandato imperativo. Ya está bien de flagelarnos con 'operaciones biquinis' o expresiones similares, como si nuestros cuerpos no fuesen nunca suficientemente aceptables y hubiera que estar siempre en permanente lucha para lograr el cuerpo ideal, que por otra parte está fabricado artificialmente.

Para colmo de males, la 'operación biquini' te hace engordar. Los regímenes exprés del verano terminan por provocar un aumento de peso superior al que se tenía antes de empezar la dieta: el 'efecto yoyó'. Así que, mujer que me lees, quiérete más y si te llegan ese tipo de artículos teclea en los tres puntitos de la esquina superior izquierda y pincha en: "No me interesa la 'operación biquini'".