Este miércoles 20 de junio se celebra el Día del Refugiado

Un mundo en crisis humanitaria

En el mundo hay 136 millones de personas que necesitan asistencia humanitaria y protección al tener sus vidas en riesgo por una situación sobrevenida

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José María Vera

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Probablemente este año el Día del Refugiado, este miércoles 20 de junio, sea más difícil de olvidar que otros. Nos ha removido profundamente la travesía del 'Aquarius' 'Aquarius'en los días pasados. Nos hemos acostumbrado de nuevo a observar y hablar sobre el Mediterráneo, la última etapa en el recorrido de salida de la pobreza y la desigualdad. El terrible final de las crisis humanitarias para personas que se debaten entre olas que devoran y barcos que salvan, si les dejan.

El principal motivo de la migración se encuentra en los conflictos, el segundo por los efectos del cambio climático y el tercero por los desastres naturales

Nos llega mucha menos información de las etapas anteriores. De los conflictos olvidados, de la expulsión de tierras quemadas por el cambio climático, de la persecución a quienes son diferentes en tantos países, de la desigualdad extrema que rompe sociedades. Hay un reducto de buen periodismo empeñado en levantar y explicar esas situaciones. Y un puñado de organizaciones humanitarias que nos dejamos la piel en defender el derecho a la vida, sea donde sea, poniendo en peligro la propia de los equipos y fuera del foco de esas cámaras que al menos cubren nuestra terrible frontera marítima.

las cifras de las crisis humanitarias

Resumo el estado de estas crisis humanitarias con cifras que esconden vidas destrozadas. En 2018, sabemos que 136 millones de personas – 1 millón más que en 2017- necesitarán asistencia humanitaria y protección, es decir tendrán sus vidas en riesgo por una situación sobrevenida. El principal motivo se encuentra en los conflictos, el segundo en sequías, inundaciones y huracanes exacerbados por el cambio climático, el tercero en desastres naturales ocurridos en lugares de alta vulnerabilidad.

Son ya 68,5 millones las mujeres, hombres y niños que se han visto forzados a abandonar sus casas, muchos desde hace demasiados años. La mayoría malvive en otro lugar de su propio país. Una tercera parte está refugiada o pendiente de una solicitud de asilo, un lujo en muchos lugares. Aunque la violencia es la principal causa de la huida, el cambio climático fuerza a más de 20 millones de personas al año, a abandonar su tierra. Una situación exacerbada en países como Bangladesh o los del Pacífico, por el exceso de agua, y los del Sahel y Cuerno de África, por la falta de ella.

Niñas, niños y mujeres sufren de forma especial las crisis humanitarias. Los cuerpos de las mujeres son usados como arma de guerra, mientras el abandono al frente de las familias las deja en situación de extrema vulnerabilidad. Luchan por la vida propia y de los suyos como nadie.

Ante esta crisis global hay que apretar en los dos frentes necesarios, sin que ninguno exima de urgencia al otro. La acción humanitaria que salva vidas y la actuación sobre las causas y el alimento de las crisis. En Oxfam tratamos de responder a ambos con tanta profesionalidad como pasión.

los retos y desafíos de la acción humanitaria

La acción humanitaria se enfrenta a nuevos y viejos desafíos. Entre los segundos está la falta de financiación, más aguda cada año que pasa al volverse crónicos más conflictos y hacerse cotidiano el cambio climático. La asistencia humanitaria a una persona en una crisis cuesta de media 230 dólares al año. Naciones Unidas replica llamamientos a los donantes que se quedan sin cubrir, menos cuanto más olvidada es la crisis. Hasta en las víctimas de las emergencias hay categorías en función del interés político y estratégico.

Otros retos se han recrudecido con el paso de los años. El acceso humanitario es impedido cada día en más lugares tanto como se han incrementado los ataques dirigidos contra personal humanitario.

Los conflictos se enquistan en parte por la incapacidad de la comunidad internacional para priorizar la paz y la protección de los civiles, sobre intereses de estados, grupos y sectores económicos

Los equipos de Oxfam y de otras organizaciones se enfrentan a unas condiciones de seguridad extremas en contextos donde el respeto a principios básicos del humanitarismo se perdió, por parte de todos. Por eso el sector humanitario en su conjunto está asumiendo la necesidad de hacer del mismo un espacio seguro, para trabajadoras y población, e implacable frente al acoso, abuso y explotación sexual.

Enfrentar las causas de las crisis humanitarias se ha vuelto cada vez más difícil, aunque no podemos dejar de hacerlo. La lucha contra el cambio climático siempre acaba quedando relegada, cuando para millones ya es demasiado tarde.

Los conflictos se enquistan, a veces en el olvido, otras, asentados en intereses extractivos y geopolíticos, así como en la incapacidad de la llamada “comunidad internacional” para priorizar la paz y la protección de los civiles, sobre intereses de estados, grupos y sectores económicos. Cada vez hay más pirómanos y menos bomberos de los que hace décadas lideraban procesos de resolución de conflictos, con éxitos notables que tanto se añoran hoy, con la excepción del reciente caso de Colombia.

sigue creciendo el mercado de las armas

La venta de armas, la gasolina, no solo no se ha frenado, sino que crece, como muestra el éxito comercial de España en su venta ilegal de armas a Arabia Saudí, 600 millones de euros más 5 corbetas. Armas que serán usadas en el conflicto yemení, donde dos tercios de la población necesitan de ayuda humanitaria, donde víveres y suministros no llegan por el bloqueo de puertos, donde el cólera se expande.

Esta es una radiografía resumida de las crisis humanitarias que golpean nuestro mundo. Su rostro es el de una mujer que enfrenta la violación y protege a sus hijos, que defiende su tierra y su casa, su derecho a vivir en paz y con dignidad. Nuestra obligación es actuar y proteger, al tiempo que denunciamos a quienes no hacen o hasta se benefician del sufrimiento ajeno. Seguiremos haciéndolo.