Viva México (y el fútbol también)

Sostiene el filósofo y escritor Simon Critchley que el fútbol es una fuente de deleite por su belleza, pero también de disgusto "por culpa del dinero". Contemplando la alineación de Brasil hemos dado con más argumentosque añadir al aviso del autor de '‘En qué pensamos cuando pensamos en fútbol’ . Ni uno solo de los once jugadores alineados frente a Suiza juega actualmente en su país. Es la economía, estúpido, replicará alguien recurriendo a Bill Clinton. Es la política, es la corrupción, estúpido, podría replicársele. Que el fútbol es todo. O eso parece en estos días en tanto miramos a Rusia.

El botín se la 'seleçao' se lo reparten, cómo no, los clubs más derrochadores del planeta Tierra: Manchester City (Danilo y Gabriel Jesus), Paris Saint Germain (Silva y Neymar), FC Barcelona (Coutinho y Paulinho), Real Madrid (Marzelo y Casemiro), Chelsea (Willian), Roma (Alisson) e Inter de Milán (Miranda).

El fútbol es la vida misma, viene a advertirnos el filósofo británico. Y si el fútbol es vida, la FIFA es la gran corruptora, la que empozoña un deporte tan enorme, tan enorme, que después de celebrar con aliento a mezcal el gol del mexicano Lozano a Alemania ya no nos importa conocer cuántos millones cobra el rubio Neymar en el PSG o si realmente es cierto que Griezmann nunca quiso fichar por el Barça. 

Ni Brasil, ni Argentina, ni España, ni Alemania

El desprecio dura justo dos horas, el lapso hasta que comenzó el siguiente partido, el de un Brasil que, como España, Argentina, Alemania y Portugal, tampoco es capaz, de momento, de confirmar la condición de favorito. Solo Francia ganó en el debut y fue de chiripa.

Es recomendable estudiar el realismo seco de Critchley. También hay que buscar a Juan Villoro, que en víspera del Alemania-México dijo que "el fútbol existe para esperar milagros". El escritor zapatista, culé, de padre barcelonés huído de la guerra civil, lo justificaba diciendo que los mexicanos han sufrido tanto que se merecían ganar a Alemania. Acertó a través del golazo que derribó por una tarde la máxima de Lineker sobre el fútbol y el rodillo alemán. ¡Viva México!

Y viva el fútbol, claro que sí.