ANÁLISIS

Bartomeu ficha buena imagen con Abidal

ABIDAL

ABIDAL / periodico

Mónica Marchante

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hace semanas que Robert Fernández intuía que el Barça no le renovaría al frente de la secretaría técnica. Y hace casi un año su continuidad también estuvo en el alero, cuando no logró convencer a Coutinho en verano para que saliera del Liverpool para intentar suturar la herida abierta con la marcha de Neymar. Desde la llegada de Pep Segura hace un año a la dirección deportiva, el suelo empezó a moverse.

No era fácil llenar el hueco que dejó Zubizarreta, a quien Bartomeu despidió de forma fulminante tras la famosa derrota de Anoeta en enero de 2015, y no precisamente por la derrota… Seis meses después el Barça presentaba a Fernández, con experiencia en otros clubes, para fichar, pese a que no podría hacerlo hasta cumplir la sanción FIFA.

Además, Robert actuó durante dos temporadas como portavoz televisivo al término de los partidos, y entre sus declaraciones se recordará su énfasis al asegurar que sería él quien elegiría entrenador tras el adiós de Luis Enrique. Si fue así, la llegada de Valverde está sin duda entre sus aciertos.

En su tarea hay buenos fichajes como Umtiti o Cillessen, otros menos, como André Gomes y algunos aún por demostrar, como Dembelé o Semedo. Lo que no ha conseguido, salvo en el caso del central del Olimpique de Lyon es fichar bueno y barato. Entre Dembelé y Coutinho se fundieron los 222 millones que dejó Neymar en Can Barça.

No hay una razón potente para renovar a Robert. Pero tampoco hay un gran motivo para sustituirle por Abidal. Salvo el de la imagen. El francés es un hombre muy querido por todos, vestuario, afición y empleados del club. Pero, ¿es eso lo que se requiere para ser secretario técnico? ¿Domina el mercado Eric Abidal? ¿Tendrá más poder de persuasión que Robert a la hora de traer futbolistas al club? ¿Se limitará a seguir las directrices de Segura?

Lo que ya sabemos es que el presidente sitúa a un ex jugador con muy buena imagen en el organigrama. A medio camino entre el palco y el vestuario. Así este verano, si alguien decidiera irse, la directiva ya no sería la última en enterarse.