Polémica sobre la desigualdad tras la Copa de la Reina

El fútbol, ¿la última conquista del feminismo?

La ola feminista ha llegado incluso al terreno más inhóspito y hay situaciones que ya son insostenibles

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Susanna Soler Prat

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El fútbol no puede ser ajeno a los cambios sociales. La sensibilización en materia de igualdad en el conjunto de la sociedad, las medidas legislativas impulsadas por las administraciones públicas, así como las reivindicaciones de las jugadoras y los equipos femeninos, exigen un cambio. Y es que sin igualdad entre mujeres y hombres, el fútbol puede quedar anacrónico. Y es mediante el fútbol femenino que la familia del fútbol en su conjunto puede seguir creciendo.

Parecía algo impensable hasta hace pocos años, pero en los países más avanzados en materia de género, como en Noruega, Dinamarca y Nueva Zelanda, la selección masculina y la selección femenina de fútbol van a tener los mismos salarios, premios y derechos de imagen. En España queda mucho camino por recorrer.

La Copa, la punta del iceberg

La abismal desigualdad en los premios por ganar la Copa del Rey o la Copa de la Reina, por ejemplo, es tan solo la punta del iceberg de la discriminación presente en las estructuras y organizaciones que dirigen y rodean mayoritariamente el mundo del fútbol. Una discriminación tan arraigada que ha sido normalizada durante décadas en aspectos intangibles del día a día, a menudo difíciles de detectar, o en aspectos claramente tangibles, como la invisibilidad en los medios de comunicación, o bien la ausencia o la presencia testimonial de mujeres en los cargos directivos, como entrenadoras y como árbitras, entre otros indicadores.

No obstante, la ola feminista ha llegado incluso al terreno más inhóspito, el del fútbol, y hay situaciones que ya son insostenibles, tanto en el deporte de élite como en el de base. En este contexto, son varias las instituciones y entidades que han emprendido el camino hacia la igualdad. La Federació Catalana de Futbol, por ejemplo, impulsa la campaña #Orgullosa: una iniciativa para promover el fútbol femenino e impulsar un cambio profundo en la cultura de este deporte. En la élite, algunos de los grandes clubs, como el Athletic, el Atlético de Madrid y el FC Barcelona, que por fin cuentan con un equipo femenino profesional, han iniciado la creación de estructuras y estrategias para consolidar el fútbol femenino en la dinámica del club. El abismo a superar es colosal, pero el viaje más largo empieza por los primeros pasos. Pueden ser la punta de lanza de un gran cambio que debería acelerarse, y no dar ningún paso atrás.

En una sociedad en plena lucha por la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, el fútbol tiene la oportunidad de pasar de ser parte del problema, a ser parte de la solución. En la próxima temporada, las instituciones deportivas pueden lograr que la noticia no sea la discriminación, sino que sea la igualdad. Igualdad en las compensaciones económicas y las condiciones laborales, en la presencia de mujeres como técnicas y directivas, o en el seguimiento mediático. Todas aquellas entidades deportivas que quieran comprometerse en este reto pueden adherirse al 'Manifest de Defensa i Igualtat de Gènere a l’Esport' que impulsa el Ayuntamiento de Barcelona.