A PIE DE CALLE

Industria 4.0 y reforma horaria

Los avances en inteligencia artificial y en robótica tendrán un impacto sobre el tiempo de las personas

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Jordi Ojeda

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La cuarta revolución industrial está impulsando un cambio en la producción, distribución y consumo de los bienes y servicios. La conocida como Industria 4.0 supone también un cambio realizado a una velocidad sin precedentes como consecuencia del uso combinado de la robótica, la inteligencia artificial, la nanotecnología, la ciencia de los materiales o la fabricación por adición. El tiempo de llegada al mercado de las innovaciones cada vez es más corto y a medida de las necesidades de cada consumidor, para el que todo serán ventajas.  Entonces, ¿quién sufrirá el impacto de los avances tecnológicos?

Los titulares proféticos más pesimistas de los medios de comunicación auguran cientos de miles de pérdidas de lugares de trabajo en los próximos años, y ocurrirá de forma más acelerada y con el peligro de que pueda provocar grandes desigualdades en la población. Surgirán nuevas necesidades de formación y de capacitación de los nuevos lugares de trabajo que obligarán a las personas a adaptarse a los cambios venideros y que se manifestarán en todo su esplendor en la cantidad de tiempo que dedicaremos al trabajo y, sobretodo, en su distribución a lo largo del día, de la semana y del año.

El impulso de una nueva cultura del tiempo es fundamental para ganar en salud y calidad de vida mediante el uso de unos horarios y unos hábitos más racionales. ¿Cómo afectará la cuarta revolución horaria al tiempo de las personas? En realidad, el tiempo es un factor sistémico, hay que responder la pregunta teniendo en cuenta la sociedad, las organizaciones y las personas.

Desde un punto de vista de tiempo y sociedad, uno de los aspectos obvios que desde la sociedad civil y el debate político se debería estar analizando es la disminución del cómputo anual de horas de trabajo, un reparto de los festivos de forma más racional a lo largo del año y reinventar el concepto de las vacaciones. La reducción de las horas de trabajo anuales o, incluso, la posibilidad de que el viernes se convierta en festivo (tres días de fin de semana) puede provocar un aumento de la oferta laboral para las organizaciones que trabajen 24 horas al día y, sobretodo, para el sector servicios en general y el del ocio en particular. Y, puestos a analizar, teniendo en cuenta el efecto sistémico del cambio que se nos avecina, deberíamos reflexionar sobre las posibilidades y efectos de la implantación de una renta básica universal, probablemente uno de los mejores instrumentos para evitar el impacto de las desigualdades que se pueden dar en un futuro inmediato.

Respecto a los horarios de las organizaciones, hay una necesidad evidente de aumentar la flexibilidad pero habrá que hacerlo de forma regulada para facilitar la conciliación: el horario y el calendario laboral son factores que afectan a la vida de las personas y que evoluciona con la edad, con la salud y con el entorno familiar.

Por último, desde el punto de vista del tiempo de las personas, cambiará la forma en que desarrollamos nuestras carreras y tendrá un impacto directo sobre nuestro tiempo personal. La búsqueda de la emoción y una gestión racional del tiempo personal hará aumentar nuestra calidad de vida y será la clave de los próximos años.

El impacto de la Industria 4.0 es inexorable. Tendremos que prepararnos para el cambio que se avecina. Un cambio que la sociedad deberá reflexionar y aplicar, velando para que se realice en igualdad, libertad y respeto para todas las personas. No dejemos que lo urgente no deje paso a lo necesario.