ANÁLISIS

El adiós táctico de Zidane

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Mónica Marchante

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Se va con una maniobra digna del mejor estratega. Por sorpresa, sin indicio alguno, sin tiempo ni argumentos para convencerle. Y en lo más alto. Ni una semana ha pasado desde que levantase su tercera Champions. Nadie sabía nada, su decisión pilló desprevenido al mismísimo Florentino, a quien se le ha visto rayando el abatimiento en el adiós de 'Zizou'. ”Uno no está preparado para una noticia como esta”, ha reconocido el presidente.

¿Quién no ha recordado el adiós de Guardiola del Barça al conocer la decisión de Zidane? Cuatro años y 13 títulos después, Pep anunciaba en abril del 2012 que abandonaba el FC Barcelona. El desgaste de un entrenador que vive su profesión con una intensidad insólita era perceptible hasta en su aspecto físico. No es el caso del francés.

Más breve ha sido la etapa de Zinedine al frente del Real Madrid, aunque igualmente prolífica en títulos, proporcionalmente hablando. El argumento en el adiós es similar en ambos casos, el desgaste y la necesidad de cambios para seguir ganando.

Mantener la ilusión y las ganas

Recuerdo una frase que me dijo Simeone hace unos años. Le pregunté cómo se hacía para mantener la ilusión, las ganas y el mensaje del entrenador hacia una plantilla con la que había alcanzado ya el éxito. Me respondió que la única vía para seguir adelante tras el éxito era abrir las  ventanas y que corriera el aire, renovar la plantilla con unos cuantos jugadores a quienes inculcar un discurso que el resto ya sabía de memoria. Eso ha hecho y sigue ganando.

Zidane se negó a reforzar la plantilla en enero. Vetó públicamente la llegada de Kepa para competir con Keylor Navas. Defendió a sus jugadores en los peores momentos. Nunca tuvo una mala palabra ni al caer ante el Leganés en Copa o al bajarse de la liga antes de Navidad. Era un hombre agradecido a quienes le habían dado tantos títulos en tan poco tiempo. Parecía un jugador más. Le costó deshacer  la BBC hasta la final de Cardiff, mantuvo hasta el límite la titularidad de Benzema y protegió a Cristiano como nadie. Todo han sido rosas, incluso el debut de su hijo Luca en Villarreal, con la decisión de cerrar un ciclo ya tomada, aunque no anunciada.

Con Cristiano entrado en 33 años, Modric y Ramos en 32, Bale pidiendo salir, el terremoto Neymar a la vista, la temporada que viene exige un trabajo firme. 'Zizou' no ha querido hacerlo. Y se lo dice al presidente el 30 de mayo. ¿Quién va a criticarle con tres orejonas en el zurrón? Elegancia e inteligencia. No es el mejor táctico en el césped, pero el jaque mate en el tablero lo ha bordado.