Los cambios de la era digital

Por qué la conversación cara a cara incrementa la productividad laboral

Las empresas ya no pueden dar por sentado que los talentosos trabajadores jóvenes saben escuchar y responder a los demás con normalidad

Dos jóvenes intercambiando información con sus teléfonos móviles.

Dos jóvenes intercambiando información con sus teléfonos móviles. / periodico

Estrella Montolío

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Ben Waber (Media Lab) diseñó un programa multimedia que permite grabar la actividad diaria, previa aceptación, de los empleados de una empresa. La conclusión de su investigación fue que la conversación reduce de manera significativa el estrés y aumenta la productividad en los espacios laborales. Waber demostró, por ejemplo, que en los centros de teleoperadores los empleados son más productivos después de charlar entre sí de manera informal durante el descanso. También comprobó que los equipos de programadores informáticos crean productos con menos errores cuando hablan más tiempo entre ellos. En palabras de Waber: "Creemos que la productividad consiste en estar sentados frente a pantallas, pero lo que de verdad hace productiva a una persona no son sus interacciones en línea, sino sus conversaciones significativas cara a cara con otras personas".

En una época en que las pantallas y la conexión 'on line' monopolizan nuestras vidas comunicativas, los datos de las últimas investigaciones apuntan unánimemente a la necesidad de recuperar la conversación desde el punto de vista de la productividad laboral. 'Harvard Bussines Review' publicó en 2014 un estudio de Gretchen Gavert sobre cómo funcionan las conferencias telefónicas titulado 'Qué hace realmente la gente que participa en una reunión vía telefónica'.  El 85% de las empresas de Fortune 100 usa este sistema, como parte del plan de ahorro de viajes ejecutivos y de estancias hoteleras. El resultado del estudio, sin embargo, es demoledor.

La resolución de problemas

Según las estadísticas de Gavert, el 65 % de los participantes en esas reuniones telefónicas en grupo está realizando otras tareas a la vez. Un 63% escribe y lee correos electrónicos, el 55% come o cocina, el 47% va al baño sin avisar que deja la reunión y el 6% responde disimuladamente a otras llamadas durante la conferencia colectiva.

En su radiografía sobre los problemas comunicativos que afectan a la productividad empresarial, Sherry Turkle, investigadora del MIT, detectó que conocidos directivos de Silicon Valley intentan ahora inculcar en sus empleados más jóvenes el valor que tiene para la empresa la conversación cara a cara en la resolución de problemas. Estos directivos están desesperados con sus consultores más jóvenes, procedentes de las mejores universidades y escuelas de negocios, con trayectorias académicas espectaculares porque “son capaces de diseñar aplicaciones alucinantes, pero son socialmente incompetentes, les cuesta mostrar empatía en el trabajo y no parecen comprender los puntos de vista de sus compañeros o de los clientes”.

Una vez detectado este grave problema colectivo, en Silicon Valley se está haciendo una formación específica para todos los nuevos empleados, a fin de enseñarles a conversar con compañeros, jefes y clientes, porque las empresas ya no pueden dar por sentado que sus talentosos trabajadores jóvenes saben escuchar y responder a los demás con normalidad.

La conversación cara a cara será la herramienta básica de la comunicación profesional del siglo XXI.