Opinión | EL ARTÍCULO Y LA ARTÍCULA

Juan Carlos Ortega

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El fenómeno cebolla

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zentauroepp43179932 mas periodico leonard beard para juan carlos ortega180504185257 / LEONARD BEARD

El filósofo Bertrand Russell contaba un chiste para ilustrar lo confundidos que andamos todos a la hora de diferenciar una opinión de un hecho. Un hombre decía: «Me gusta el vino tinto», y su amigo replicaba: «Mientes. A mí no me gusta».

Es evidente para cualquiera que la frase «me gusta el vino tinto» no es susceptible de ser negada, porque no entra en la categoría de las verdades objetivas. No pertenece al mismo ámbito que «Las masas se atraen con una fuerza proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de las distancias» o «Cifuentes robó unas cremas en Eroski». La respuesta, en el caso de los vinos, debería haber sido: «Pues a mí no me gusta».

Inflamados foros de opinión

Puede parecerles una obviedad todo lo que estoy escribiendo, pero no debe serlo tanto si echamos un vistazo a algunas peleas que se producen en las redes sociales. Al teclear en Google «tortilla de patatas con cebolla» encontraremos, junto a recetas tradicionales, varios foros de opinión en los que sus participantes en enzarzan en auténticas luchas defendiendo lo que ellos consideran una postura objetiva.

El humor en los comentarios sobre si la tortilla debe ir o no con cebolla va menguando y surge la más feroz mala leche

La agresividad de los comentarios argumentando si la tortilla ha de ser con o sin cebolla puede parecer, a primera vista, un asunto humorístico. Y lo es casi siempre al principio, pero cuando vas bajando en el hilo de réplicas, percibes que el humor va desapareciendo y en su lugar surge la más feroz mala leche que uno pueda llegar a concebir.

Cuando alguien no está acostumbrado a mirar fuera de sí mismo, cuando apenas se echa una ojeada al mundo intentando comprenderlo, las únicos asuntos que se encuentran para iniciar una discusión son, claro está, los que están dentro de la cabeza. Y estos, casi siempre, suelen ser temas relacionados con el gusto personal. «Estás equivocado. La tortilla ha de ser sin cebolla, por el amor de Dios». Así se empieza, pero se termina insultando y bloqueando al contrincante.

El 'cebollismo' de las opiniones

Podríamos nombrar a esta extrañísima tendencia humana «el fenómeno cebolla». Curiosamente, podemos encontrarlo fuera de esos simples foros de discusión, en otros lugares en los que pasa más desapercibido. Si, por ejemplo, uno mira un rato 'La Sexta Noche' o escucha cualquier tertulia radiofónica, percibirá, si está atento, que muchas de las disputas aparentemente objetivas son, en realidad, versiones camufladas del fenómeno cebolla. Escondidos en cifras sobre economía, en datos aparentemente fríos e imparciales, podemos descubrir juicios no muy diferentes a los que se utilizan para defender la inclusión o no de la cebolla en una tortilla de patatas.

Estemos atentos a este fenómeno. Miremos y oigamos los debates intentando encontrar la cebolla en los argumentos que se exponen. Pero no caigamos en el error de creer que nuestras opiniones sobre el mundo están exentas de cebollismo y empecemos a aceptar que en la política, como en la gastronomía, está muy bien que a cada uno le guste una cosa.