LA CLAVE

Diez diputados para embridar a Puigdemont

El PDECat trabaja contrarreloj para hacer frente al desafío del 'expresident' con la investidura de su sucesor

Carles Puigdemont, el pasado 17 de abril, en Berlín.

Carles Puigdemont, el pasado 17 de abril, en Berlín. / .42972277

LUIS MAURI

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No caben más prórrogas ni tiempos muertos. En los próximos días la amalgama independentista debe aclarar si es capaz de constituir un gobierno en Catalunya o, por el contrario, lleva al país a unas nuevas elecciones. ERC y la dirección del PDECat abogan sin éxito desde hace meses por la primera opción. Puigdemont y sus pretorianos de JxCatPuigdemont y sus pretorianosde JxCat amagan con la segunda mientras sopesan ventajas e inconvenientes.

La larga pugna entre Esquerra y los herederos de Convergència por la hegemonía del nacionalismo catalán chapotea desde hace meses en una fase atípica en la que uno de los contendientes, el PDECat, libra a su vez una sorda batalla intestina. De un lado, la cúpula del partido, abrazada al pragmatismo tras el fracaso de la vía unilateral. Del otro, Puigdemont y sus fieles, aferrados al maximalismo, quizá más por necesidad que por virtud.

Correlación de fuerzas

Esta batalla particular llega a una fase decisiva que puede determinar en adelante la correlación de fuerzas. El PDECat se aseguró en su día el control legal y económico de JxCat. Por eso a Puigdemont no le basta esa plataforma, quiere una organización que la desborde, un movimiento nacionalista construido a mayor gloria de su liderazgo y de la legitimidad que se arroga, una formación personalista cimentada en el electorado convergente y en parte del de ERC.

El expresident y sus pretorianos saben que el PDECat no irá al choque frontal: carece de la unción épica que hoy galvaniza a Puigdemont. El partido iría al suicidio si pretendiera enfrentarse a pecho descubierto a la potente corriente emocional que sitúa al exalcalde de Girona en la cúspide del martirologio independentista.

Confianza y obediencia

El PDECat trabaja contrarreloj para asegurarse la lealtad de entre 10 y 12 diputados de JxCat, que sumados a los 32 de ERC doblarían en número a 22 o 24 puigdemontistas de JxCat. Cree que así podría embridar a Puigdemont y neutralizar su desafío: investir como president a una persona de su estricta confianza y obediencia (de lo contrario, su liderazgo empezaría el día siguiente a declinar) o forzar elecciones. Es la hora, no hay tiempo para más prórrogas.