¿A dónde va la cantera?

Gerard, sal; entra, Pimienta. El ingenioso juego de palabras lo escuché al mediodía en cuanto se conoció en la redacción que el Barça B relevaba al entrenador para evitar el batacazo del descenso. Un nombre propio, dos verbos imperativos y un apellido para un juego de palabras tan sencillo que horas después lo escuché así trenzado en el taxi que nos devolvía a la 'factory'.

Trata la directiva de Bartomeu de resolver el gravísimo problema que atraviesa el presunto equipo de la cantera con un hombre de la casa, más próximo a lo que en cualquier empresa se entiende como la figura laboral del jefe de mantenimiento que al fichaje de relumbrón al que no se le recuerda arremangado tratando de arreglar el aire acondicionado en pleno agosto. La diferencia entre ponerse el mono de trabajo o la ropa de marca para estar en el banquillo o la banda.

García Pimienta toma el relevo después de aupar a los juveniles en la Youth League y, por si las moscas, firma un contrato hasta el 2020. El nuevo llega al filial después de transitar, durante diez meses, entre los juveniles B y A partiendo de pupitre compartido como número dos de Gerard López. Un hombre de la casa, un pata negra guardado en la trastienda. 

¿A dónde va la cantera? ¿La Masía del Barça ya solo es aquel viejo caserón pegado al Camp Nou vendido recientemente a una entidad especializada en gestionar activos tóxicos? ¿El Barça B es la 'pedrera' de donde saldrá el relevo de Busquets, Iniesta o Piqué?

La hora de Valverde, si la directiva confía en él de verdad

No nos pongamos trágicos. Ni tampoco estupendos. El filial del Real Madrid zozobra en Segunda B, como el del Atlético y la Real. Solo Barça y Sevilla tienen filiales en Segunda y atufan a descenso. Los datos son inquietantes. El B del Barça ha fichado 34 jugadores en tres años. Desde el 2011 (Sergi Roberto) ningún valor se ha consolidado en el primer equipo. Hay demasiadas fugas a clubs europeos. Bakero se escuda entre el talonario (el 75%) y la exigencia de estar entre los elegidos. El éxito de un canterano entre las estrellas radica en gran medida en la valentía del técnico que apuesta y aguanta por él. No hubiera habido Xavi, Puyol e Iniesta sin Van Gaal ni Busquets o Pedrito sin Guardiola.

Es la hora de Valverde, si los directivos confían de verdad en él.