LA CLAVE

Catalunya 4.0

Los empresarios pasan por las urnas y examninan la cuarta revolución industrial

Miquel Valls, presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona.

Miquel Valls, presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona.

Albert Sáez

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Las principales instituciones del empresariado catalán pasan este año por las urnas como explicó este domingo Olga Grau. Corren el peligro de hacerlo de manera maniquea como casi todo lo que ocurre en los últimos meses. Algunos en Barcelona, pero también en Madrid, quieren convertirlo todo en un pseudoreferéndum para seguir evitando su convocatoria oficial. Es una manera burda de alinear al personal sin tener que adquirir compromisos en lo concreto. Pero como explicaba Agustí Sala este sábado, a los empresarios catalanes no les entusiasman las ideas abstractas. Era lo que más les ponía de los nervios de Pujol y lo que más les entusiasmaba de Maragall. De manera que el ciclo electoral de la Cambra y de Foment me temo que va a servir más para pasar revista al estado de la cuarta revolución en Catalunya que para avanzar en la independencia o en la unificación de España. Y aquí las cosas tienen otros matices.

La globalización está obligando a revisar el modelo de empresa catalana. A las habituales crisis sucesorias en las compañías familiares, se suman ahora las de liquidez. Codorniu es el último ejemplo. Cuando los accionistas de multiplican por el salto generacional, los beneficios no dan para afrontar inversiones, reducir deuda y pagar dividendos. De manera que empresas emblemáticas quedan a los pies de sus rivales internacionales si las cosas les van bien o de los fondos buitre si los números salen en rojo. Son las consecuencias de no haber salido a bolsa en los años dorados. La lógica diría que estas empresas van a perder peso en las entidades representativas. El reto es encontrar espacio para quienes han tomado el relevo que no son otros que las start-up de base tecnológica start-up. Barcelona es un hervidero y demasiado a menudo viven en una realidad paralela a la Catalunya oficial. Ahora es su momento y brindar un ejemplo de pacto intergeneracional. El fiel de la balanza lo tienen, como siempre, quienes mueven los hilos de las grandes corporaciones surgidas de la era 3.0, en especial el conglomerado entorno a Criteria, en plena fase de reinvención para salvar lo esencialuna obra social con 500 millones de inversión anual.