DOS MIRADAS

Banalizar

¿Es terrorismo clamar contra una situación injusta con un corte de carreteras?

Corte de la frontera en Puigcerdá

Corte de la frontera en Puigcerdá / EL PERIÓDICO

JOSEP MARIA FONALLERAS

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La 'razzia' contra los CDR es de manual. Primero hay un caldo de cultivo social (con opiniones más que noticias ciertas, con tergiversación y exageración de los hechos y con alaridos tremebundos) que los convierte en un grupo de endemoniados. Después, declaraciones institucionales que los quieren localizar en un entorno que dinamita las esencias del Estado y de la convivencia pacífica. Más tarde, la comunicación de la fiscalía, repleta de interpretaciones y no de hechos. Y, finalmente, las detenciones por terrorismo y rebelión.  

Es decir, la tormenta perfecta para la criminalización de una organización (de unos individuos concretos) que, siendo radical en determinadas formas, está a años luz, por ejemplo, de protestas tan cercanas y tan violentas como las de Nantes o como otros disturbios que ahora mismo se producen en la Francia de Macron

Acciones pacíficas

¿Son terroristas, estas acciones? ¿Es terrorismo clamar contra una situación injusta con un corte de carreteras? La reforma del Código Penal de 2015 iba en esta línea, y una interpretación intrigante y premeditada de la ley es capaz de equiparar acciones pacíficas (de acuerdo: e incómodas para algunos, como lo es una huelga o una manifestación) con un tiro en la nuca o una bomba en unos almacenes.

¿No se dan cuenta que, de hecho, banalizan el mal y el sufrimiento de las víctimas del terrorismo sangriento e infame? ¿O es que se dan cuenta y tanto les da si así consiguen lo que quieren?