La patata caliente de Madrid

El 'caso Cifuentes' sacude al PP en su peor momento y pone en un brete a Ciudadanos, su muleta en la Asamblea

Cifuentes abraza a Mariano Rajoy en la convención del PP

Cifuentes abraza a Mariano Rajoy en la convención del PP / periodico

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Cada nuevo detalle que se conoce sobre el caso de Cristina Cifuentes siembra más dudas sobre el futuro político de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Ha quedado acreditado por el rector de la Universidad Rey Juan Carlos que no consta en el centro que Cifuentes defendiera presencialmente su Trabajo de Fin de Máster (TFM), ni su memoria figura en los archivos. Y el catedrático que teóricamente dirigió el trabajo ha reconocido que el acta exhibida por la política al estallar el escándalo había sido falsificada horas antes. 

La fiscalía, a la que la universidad ya ha entregado toda la documentación obrante en su poder, y la justicia determinarán la posible comisión de un delito de falsedad en documento público, y el rectorado deberá depurar responsabilidades si quiere preservar la credibilidad de una institución que se ha visto envuelta en otras penosas polémicas. Pero la resolución política no podrá esperar a las pesquisas judiciales, pues lo que está en cuestión es la credibilidad de la palabra de toda una presidenta autonómica.

Cifuentes, gallarda, mantiene su negativa a dimitir aduciendo que su proceder siempre fue impecable, pese a que las escasas pruebas que ha esgrimido se han revelado falaces. Que a estas alturas aún no haya sido capaz de presentar ni uno solo de los trabajos del máster que asegura haber cursado no contribuye a solidificar su versión.

Aparte de arruinar la convención nacional del PP en Sevilla, convocada esta semana para insuflar ánimos a un partido que a raíz del conflicto catalán cae a plomo en los sondeos, el caso Cifuentes es también una patata caliente para Ciudadanos, su muleta en la Asamblea de Madrid. El socialista Ángel Gabilondo impulsa una moción de censura que presumiblemente recabará el apoyo de Podemos, pero que solo prosperará si suma el voto de Cs. Para el partido de Albert Rivera, desbancar a la líder del PP y entregar la comunidad a la izquierda, a un año de las autonómicas, podría resultar letal en las urnas, donde la fuerza naranja se nutre, precisamente, del electorado conservador.

El escenario óptimo para Cs sería relevar a Cifuentes por otro diputado o diputada del PP, pero ni la presidenta está por la labor, ni Mariano Rajoy se halla en condiciones de imponérselo. Esta suma de debilidades no presagia un desenlace edificante.