Dos miradas

Acelgas hervidas

Toda la gente que conozco de los CDR tiene tanta hambre de 'kale borroka' como yo de comerme un plato de acelgas hervidas

Los mossos controlan los accesos a la estación de Sants, rodeada por manifestantes independentistas.

Los mossos controlan los accesos a la estación de Sants, rodeada por manifestantes independentistas. / FERRAN NADEU

Josep Maria Fonalleras

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No pertenezco a ningún Comité de Defensa de la República, pero conozco a un montón de familias que sí forman parte. Y hombres y mujeres solos, y parejas, y ancianos y jubilados, y profesores de universidad e instaladores de aire acondicionado, fontaneros, bomberos, farmacéuticos y taxistas, albañiles, empleados de banca, abogados, entrenadores de fútbol base, estudiantes y panaderas y panaderos. Todos estos, y muchos más, tienen tanta hambre de 'kale borroka' o de "calle borroka", como dice el ciudadano Jordi Cañas, como yo de comerme un plato de acelgas hervidas. Es decir, cero.

Lo que sucede es que los hay que sí tienen la voluntad (y los medios) de escribir "empieza el mambo", es decir, ya ha llegado la temida violencia, similar a aquella del País Vasco. Y aprovecharon una gamberrada en un concesionario de Mercedes Benz para decir que los CDR "empiezan a copiar el 'modus operandi' de Terra Lliure, las bombonas de camping gas". Tanto da que la propia empresa, MB Auto Beltrán, no haya hablado de un atentado terrorista, sino de un robo o una chiquillada; la cuestión es lanzar la piedra de la acusación, en el marco de un discurso que empieza a cuajar y que necesita del oxígeno de la confrontación violenta para poder sobrevivir. La salvaguarda de la paz es del todo incuestionable. Todos los fontaneros, estudiantes, profesores, todas las panaderas y los instaladores de aire acondicionado que conozco y que van a las asambleas de los CDR así me lo confirman.