IDEAS

Faltan un par de canciones (o más)

zentauroepp12643072 file   alex chilton of the 1970 s rock band  big star  perfo180328192947

zentauroepp12643072 file alex chilton of the 1970 s rock band big star perfo180328192947

Miqui Otero

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¿Cuántas canciones faltan para que todo esto acabe?

Si esas canciones son de power pop, todo esto puede ser cualquier cosa: un trayecto en Nit bus, la situación sociopolítica, un amor roto, una receta al horno o el planeta tierra.

Algunos podríamos medir todo con canciones de dos minutos y medio: verso, estribillo, verso y melodía 'Pinball' sobre guitarras distorsionadas o cristalinas. Suenan y hacemos air guitar hasta con el bote de Cillit Bang. Y la suciedad se va en un bang.

El power pop es un género musical que, desde los 70, siempre está ahí, con viejas camisetas y nuevos grupos. Jamás protagoniza efemérides en la prensa, porque nunca cambió la historia, sino que ayudó a soportar la vida. Sus bandas suelen fracasar porque llegan tarde o pronto; tocan demasiado mal (durante el rock progresivo) o demasiado bien (durante el punk). Sus músicos, artesanos del 'hit' perfecto que no triunfa, no son fáciles de identificar, porque no visten un uniforme concreto. Y todo eso sucede también con sus seguidores.

-Te tengo que explicar algo importantísimo –me dice un día Suso.

-Dime –digo.

-Me estoy carteando con una exnovia de Alex Chilton.

-¿Alex Chilton de Big Star? –pregunta retórica: no conocemos a otro Alex Chilton que trabaje en el estanco de la esquina.

-Sí, tío, tenía que hacerle unas preguntas sobre algunas letras. Ya sabes.

-Sí.

¿Estas conversaciones a lo Nick Hornby en 'Juliet, desnuda'? Las protagonizan los fans del power pop, que, sin embargo, carecen de muchos libros sobre el tema. Y por eso hay que celebrar '3 minutos de magia', una guía firmada por Carlos Pérez de Ziriza que acaba de publicar Efe Eme.

Un día vi a una promesa del power pop en un restaurante italiano berlinés. Fuimos en bici, atravesando ciudad y dos tormentas, pinchando y robando una válvula. Entramos empapados, como criaturitas de Guillermo del Toro. La gente comía boloñesa sin levantar la vista del plato, mientras Mikal Cronin tocaba canciones que llenarían estadios de cualquier otro planeta. Cualquier otro planeta más justo, quiero decir. Eso es power pop. Por eso queremos escuchar muchas más antes de que todo esto acabe. 

TEMAS