LA RUEDA

Cada profesión tiene su Weinstein

Richard Maier

Richard Maier / periodico

JULI CAPELLA

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En el 2009, el afamado arquitecto Richard Meier, de 75 años, invitó a su nueva asistenta personal de 24 años a su apartamento para celebrar el cargo. Pero comenzó a enseñarle fotos de desnudos y le pidió que se desnudase. Ese mismo año cerró un acuerdo por 150.000 dólares con otra empleada de 22 años para no contar lo ocurrido en un turbio encuentro similar. A otra de 26 años le advirtieron: «No te quedes sola en la oficina hasta tarde», pero durante una fiesta de Navidad se despistó hasta que Meier le metió mano en su tanga.

Eso fueron menudencias. Ya en los años 80, había invitado a una colaboradora a un dinner party en su soberbia residencia. Pero cuál fue la sorpresa de esta al ver que era la única invitada. La cosa acabó mal, arrastrada hasta el dormitorio, donde Meier se le abalanzó encima. Aunque logró zafarse, no contó nada en su momento. «No quería ofenderlo. Así era la época en la que crecí». 

Un alien clónico blanco

En ese momento Meier estaba en la cima del star system, acababa de obtener precozmente el premio Pritzker en 1984, y en 1986 recibía el encargo para diseñar el MACBA en Barcelona, ese alien clónico blanco, que aterrizó en el Distrito Quinto demoliendo varias manzanas para convertirlo en el Raval. Mientras, Meier sufragaba una beca para arquitectas promesa en Cornell, quien sabe con qué intenciones; y presumía de feminista, protestando por que solo hubiese una mujer Prizker: Zaha Hadid. Por cierto, aunque no me la imagino sobando a empleados, sí la vi atizándole a uno, acorralado en un show-room de Milán.

Lo más sorprendente es que Meier, en vez de castigarse, se ha premiado con unas vacaciones y ha aprovechado para publicitar su firma. Ha dicho: «Me tomaré un permiso de ausencia de seis meses como fundador y socio gerente, dejo la compañía en manos de un excelente equipo directivo». Chicas, ya sabéis, podéis ir enviando currículums, ¡en medio año Richard vuelve! Tendrá 84 años, y dale que te pego.