Discriminación de género en la política

Las mujeres salvarán Estados Unidos

La organización Emily's List impulsa la carrera de las candidatas demócratas

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CRISTINA MANZANO

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No cabe duda de que la conversación sobre la igualdad de género se ha reactivado y ha ganado fuerza y matices en estos últimos meses. El triunfo de Donald Trump fue el catalizador. Justo el día después de su toma de posesión, la Marcha de las Mujeres logró sacar a la calle a más de seis millones de personas en 34 países de todo el mundo. Después, impulsado por el movimiento #MeToo, el mundo occidental asiste a una reclamación sin precedentes por el fin de todo tipo de machismo y sexismo en todos los ámbitos de la vida.

Es de esperar que los efectos de esta marea vayan más allá del debate retórico. De momento, una de sus consecuencias es que está movilizando a un mayor número de mujeres estadounidenses a acercarse a la política activa. Por fin.

Un plazo de cien años

Puede parecer extraño, dado el papel de Estados Unidos en la lucha por los derechos civiles y por la igualdad de género. Pero se trata de una de las democracias consolidadas con menor representación femenina. Hoy las mujeres suponen algo más del 19% del Congreso y un 21% del Senado, frente a, por ejemplo, un 40% en España. Es más, en el 'ranking' por países ha pasado de estar en el puesto 41 en 1997 al 101 en el 2017. Al ritmo actual, no alcanzará la paridad hasta dentro de 100 años.

La captación de fondos electorales se basa en redes y contactos tradicionalmente muy masculinos

A las mujeres no les cuesta más ganar que a sus colegas hombres, una vez que son candidatas. Lo que les cuesta es presentarse. Como explica muy bien la analista Alana Moceri, las razones son múltiples. Se anima menos a las mujeres a presentarse; la captación de fondos se basa en redes y contactos tradicionalmente muy masculinos; y la estructura de los partidos políticos, tan diferente a la europea, no permite acciones como listas cremallera o cuotas que incentiven la presencia femenina. Y esta realidad es más aguda en el Partido Republicano que en el Demócrata.

Una revolución

Para contrarrestarlo, hace ya años que funcionan diversas organizaciones para animar, apoyar y formar a mujeres candidatas. La más destacada es Emily’s List. Fundada en 1985 para ayudar en la financiación de candidatas demócratas, está viviendo toda una revolución: desde la victoria de Trump, más de 34.000 mujeres se han registrado con la intención de presentar sus candidaturas a las diferentes elecciones y otras 8.000 lo han hecho como voluntarias para ayudar en ese proceso.

A finales del 2017, el número de mujeres -de todo signo político- que aspiraban a entrar en la Cámara de Representantes en las elecciones del próximo noviembre era cuatro veces mayor que en el mismo periodo en el 2015.

Pero después de las legislativas llegarán las presidenciales del 2020, el lado más visible de esta batalla. Después de la tremenda decepción para la causa femenina que supuso la derrota de Hillary Clinton, en la lista de potenciales candidatos por el Partido Demócrata figuran ya tres mujeres. Es aún pronto, pero no deja de ser un punto de partida diferente del habitual.