Bienvenida la evolución de la mujer

Francamente, no lo puedo creer. No sé si los lectores de este diario han pasado por alto una información que tiene relación con un hecho religioso y con los ciudadanos. En general, las noticias religiosas no despiertan mucho interés en nuestra sociedad, aunque se trate de la declaración de un obispo.

Pero cuando un obispo expresa su opinión sobre algún hecho terrenal, es lógico que despierte curiosidad. Más allá de las creencias religiosas. Las letras negritas impulsan a leer esto: "El obispo de San Sebastián atribuye el feminismo al demonio".

Hoy no se habla mucho del demonio. Por no decir nada. El demonio, como ser poderoso y portador del Mal, está muy de baja. Pero la palabra ha resistido en el ámbito del lenguaje popular. "Este niño es un demonio", y más suavizado, "un diablillo". Por no decir un travieso.

Más serio y más sorprendente es la referencia al demonio para identificarlo con el feminismo. "El feminismo se ha hecho una especie de harakiri".

Ante esta sentencia, que ha quedado invalidada por la realidad, debemos presentar una apelación -como hacen los abogados- para que el antifeminismo sea considerado ilegal, anulado por las propias mujeres. Las mujeres ha sido maltratadas, a menudo a lo largo de la historia. Incluso por pensadores ilustres. Recojo algunas citas. "Son pocas las mujeres cuyo mérito dure más que su belleza". "No hay mujeres que sean peores que las demás". Quizá el récord de agresividad corresponde al clásico Eurípides, que le dijo a Orestes: "Las mujeres siempre han sido una carga para los hombres".

El menosprecio viene de lejos, pero como dice la canción, "los tiempos están cambiando". Ahora hay mujeres importantes en política, economía, sociedad ... Yo tengo una médica de confianza, una editora que impulsa mis libros, unos vecinos -hombre y mujer- que me ayudan. Bienvenida sea la evolución.