VUELVE 'SUPERVIVIENTES'

Jorge Javier y el 'procés'

Nuestro hombre juega ese estatus tan trabajado desde los tiempos en que ejercía de segundón de Ana Rosa Quintana

Jorge Javier Vázquez alza el brazo de José Luis Losa como ganador de 'Supervivientes 2017' en presencia de Alba Carrillo.

Jorge Javier Vázquez alza el brazo de José Luis Losa como ganador de 'Supervivientes 2017' en presencia de Alba Carrillo. / periodico

Ramón de España

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Sostiene Jorge Javier Vázquez que el fracaso de la última edición de 'Gran hermano' se debe a que se enfrentaba a un adversario invencible: el proceso independentista catalán de Puchi y sus muchachos. Según él, durante aquellos días que conmovieron al mundo, la gente no estaba para frivolidades y otras cadenas sacaron beneficio del motín con una cobertura amplísima, como así fue en el caso de la Sexta: uno sufría por el pobre Farreras, en el plató a todas horas, conectando con éste y aquel y aprovechando, digo yo, las pausas publicitarias para ir al lavabo e hincarle el diente a un bocadillo de panceta, lo cual no impedía que a cada nueva jornada de encierro se le viese más desmejorado.

Tengo mis dudas de que el público de 'Gran hermano' sea el mismo del de las maratones informativas del buen Farreras, pero a algo se ha de agarrar ese Jorge Javier que no está pasando por sus mejores momentos: ruptura con Paco, su pareja de los últimos diez años, depresión más o menos curada a base de inyecciones de testosterona y vuelo rasante de buitres de todo tipo que se apresuran a darle por muerto en el universo de la telebasura. O sea, mucha presión. Y en el caso de los buitres, más 'wishful thinking' que otra cosa: uno no pasa de reponedor en un supermercado de Badalona a emperador del cutrerío audiovisual para que se lo quiten de encima a las primeras de cambio.

La baza de María Lapiedra

Este jueves se estrena la nueva edición de 'Supervivientes', con la que nuestro hombre se va a jugar ese estatus tan duramente trabajado desde los tiempos en que ejercía de segundón de Ana Rosa Quintana. 'Supervivientes' suele funcionar gracias a una eficaz mezcla de frikismo y carne cruda, la de sus participantes. Y este año cuenta con una baza pistonuda, la gran María Lapiedra, de la que todos esperamos que se tire toda su estancia en la isla desnuda o casi: muchos compatriotas han dejado de hacer la siesta con los documentales de La 2 para pillar el sueño con la concursante en tanga de turno.

Solo se echa a faltar en la nueva edición del programa una presencia tóxica, una de esas personas que convierten cualquier lugar en un infierno. Aida Nízar está triunfando en Italia como tertuliana y se ha puesto trascendente -habla sin parar de Dios y asegura haber leído más de un millón de libros-, pero, ¿dónde se mete Víctor Sandoval cuando se le necesita?