Hablando del 'Cant del Barça'

Si un periodista o crítico literario tuviera la ocurrencia de preguntarme qué es lo más importante que he escrito, no citaría mis novelas ni la serie de libros de viajes a pie. La respuesta sería esta: el 'Cant del Barça'.

Ninguno de mis lectores se pone de pie para leer un libro escrito por mí, pero pueden llegar a 100.000 las personas que cantan "Tot el camp és un clam…”

Estos días me he dado cuenta de la interpretación que se puede hacer de algunas de las frases de este himno, que no es un canto únicamente futbolístico. "Tant se val d’on venim, si del sud o del nord, una bandera ens agermana”. 

Hemos visto últimamente miles de banderas que más allá del Camp Nou llenaban las calles y nos acompañaban para animarnos a conseguir ganar un difícil partido. "Tots units fem força", cantábamos -o gritábamos- para animar a los jugadores que habían saltado al terreno de juego. La capacidad de unión, de colaboración, siempre ha sido una herramienta básica para conseguir que un proyecto llegue a buen puerto y no naufrague a medio camino.

Canto a la solidaridad

Los catalanes no somos tan enfáticos como los franceses cuando cantan su himno. Traduzco: “Adelante, hijos de la patria, el día glorioso ya ha llegado". Confieso que la palabra ‘gloria’ siempre me ha parecido un poco exagerada. "Cuando me estiro en mi cama estoy en la gloria". Hemos llegado a decir que aquella comida había sido gloriosa. Y podríamos discutir el nombre de la plaza de las Glòries.

El 'Cant del Barça' no es glorioso. Es, sencillamente, un canto a la solidaridad. Naturalmente, hay solidaridades más trascendentales que la de los ‘culés’. Pero aprender a cantar juntos es lo más importante. Es uno de los ejercicios más bonitos y más eficaces para entrenarse en la pacificación.