Dos miradas

Solo

Para el juez Llarena el etarra Yoldi "solo" era terrorista. Sánchez es peor -y no puede ir al Parlament- porque se presentó a unas elecciones democráticas y resulta que las ganó

El expresidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sànchez, el pasado abril.

El expresidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sànchez, el pasado abril. / periodico

Josep Maria Fonalleras

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El juez Llarena no solo comete un delito grave sino que dinamita la democracia. La primera afirmación no la digo yo, sino alguien con suficiente conocimiento de la ley como el catedrático Pérez Royo. La segunda sí la digo yo. No dinamita solo la posibilidad de que Jordi Sànchez sea elegido presidente de la Generalitat sino que hace estallar un mecanismo que hace volar la piedra angular del sistema. Solo hay que leer con detenimiento su auto. Cuando habla de la comparación entre Sánchez y Yoldi, dice que el etarra estaba en prisión acusado de pertenencia a banda armada, depósito de armas y estragos. Solo le falta añadir "solo". Nada, una minucia.

En cambio, Sánchez, este sí que la ha armado, "ha revalidado su compromiso delictivo integrándose en una candidatura que proclama precisamente continuar ejerciendo el método de actuación que se enjuicia". Es decir: el etarra "solo" era terrorista. Sánchez es peor -y no puede ir al Parlament- porque se presentó a unas elecciones democráticas y resulta que las ganó. Él o el conjunto de fuerzas independentistas que son vistas por Llarena como una banda delictiva. Si asegura que cualquier otro integrante de estas formaciones políticas puede ser presidente, ¿qué pasa, que ahora ya no son la piel de Satanás o que lo serán igual y nunca podrá haber un presidente elegido por más de dos millones de ciudadanos? ¿Por qué no las prohibían antes, si tan peligrosas eran?