ANÁLISIS

Las posibles coaliciones en Italia y la amenaza al statu quo de la UE

Todo indica que se avecina una alianza anti-UE populista, susceptible de cambiar el equilibrio de poder en las instituciones europeas

Matteo Salvini, en una rueda de prensa en Milán al día siguiente de las elecciones

Matteo Salvini, en una rueda de prensa en Milán al día siguiente de las elecciones / periodico

Carolina Plaza

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Las elecciones italianas del domingo constituyeron el último test a la insurgencia del populismo en Europa. Y el populismo, habitualmente, también es euroescéptico. Bruselas recela de los resultados electorales en el tercer país de la Unión Europea (UE), ya que la configuración del próximo Gobierno afectará a los objetivos de profundización de la integración y el futuro de la propuesta de Merkel y Macron. Además, las demandas de Bruselas de mayor disciplina fiscal y estímulo del crecimiento necesitan de un Gobierno efectivo y favorable a la integración.

A pesar de que antes de la gran recesión la opinión pública italiana aceptaba ampliamente la integración europea y los partidos que se oponían eran minoritarios, la austeridad ha despertado el sentimiento euroescéptico. La última ola de euroescepticismo ha sido impulsada por el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), y endurecida por la Liga. Desde el 2013, varios partidos, también Forza Italia (FI) de Berlusconi, han jugado con la idea de salir del euro. Solo el Partido Democrático (PD) tiene una orientación europeísta inequívoca.

La clasificación

La ideología influye en la posición respecto a la integración europea, produciendo diferentes tipos de oposición. Hay euro-críticos (apoyan el principio de integración, pero rechazan las instituciones o las políticas); instrumentalistas (en contra del principio de integración, pero apoyan las instituciones o las políticas) y hay antieuropeos (rechazan el principio de integración, las instituciones y las políticas europeas). Esta clasificación se puede aplicar a las posibles coaliciones para determinar cuánto amenazan el statu quo europeo.

Coalición Partido Democrático y Forza Italia (32,9% de apoyo electoral). Es la configuración más estable para la UE, ya que no supondría ningún cambio del statu quo y serían favorables a cooperar con los socios y las instituciones. Los resultados electorales obligan a descartar esta coalición como posible.

Coalición Forza Italia y Liga. (31,9%). Esta coalición sería menos estable que la anterior a ojos de la UE, ya que implicaría cambios en el statu quo con relación a la integración europea. Un Gobierno de FI (eurocrítico) y la Liga (antieuropeo) asegura un tono más agresivo que el actual, especialmente si la Liga es el socio mayoritario, como indica el resultado electoral. Además, estos partidos tienen posiciones diferentes en torno a temas clave de la UE. Por ejemplo, la Liga se opuso al mecanismo de reubicación de refugiados, mientras que FI lo apoyó. Por eso, si se diera esta coalición, se augura una batalla interna por adoptar una posición coherente en asuntos europeos.

Coalición M5S, Libres e Iguales (35,2%). La coalición de izquierdas es la menos probable, pero reforzaría la aversión de Italia hacia las políticas presupuestarias estrictas y el libre comercio, lo que traería una postura de mayor confrontación con Bruselas. El M5S mezcla elementos propios de la izquierda más asistencial y también de la derecha, como la posición sobre los inmigrantes. En el Parlamento Europeo, sin embargo, ha mostrado un perfil bajo en torno a cuestiones como la crisis de refugiados y las relaciones de Italia con la UE y normalmente está alineado con la izquierda radical. Tanto la izquierda radical italiana como el M5S han apoyado la introducción del mecanismo de reubicación de refugiados, más inversión en fuentes de energía renovable y se han opuesto a las negociaciones del CETA y el TTIP.

Coalición M5S y Liga Norte (49,9%).  Es la más inestable de las configuraciones para la UE, pero la que más apoyo electoral ha recibido. El hecho de que los partidos tengan posiciones similares en torno a la integración (los dos antieuropeos), augura una posición discrepante en torno a la reforma. Los dos son muy críticos con las políticas de la UE, comparten una cierta posición proteccionista común, así como una fuerte oposición a las regulaciones presupuestarias y al CETA y el TTIP.  Sin embargo, tienen diferentes visiones sobre cómo tiene que ser la UE. El M5S tiene una perspectiva transnacional más fuerte que la Liga y ha suavizado sus propuestas más radicales, como el referéndum sobre la pertenencia de Italia en la UE.

Los resultados ponen de manifiesto las dificultades de que se repita un Gobierno de gran coalición que deje fuera a los extremistas y sea favorable a la integración. Más bien parece que se avecina todo lo contrario: una alianza anti-EU populista, susceptible de cambiar el equilibrio de poder en las instituciones europeas.