UN DERBI MUY ESPECIAL

Un bolero futbolístico Machín, el del bolero 2 minutos y 16 segundos

San Agustín no conoció a Messi, pero escribe como si le hubiera pedido la camiseta, como hace Granell

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Josep Maria Fonalleras

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La explanada del Camp Nou, delante de tribuna, parece la Rambla de Girona en los días más eufóricos de los tilos floridos. Hay las imágenes típicas y tópicas que tanto gustan a las cámaras: un chico con camiseta del Barça abraza a una chica que lleva la del Girona. Se besan ('Love is in the air', como cantaba John Paul Young) y todo es festivo y amoroso y fraternal. Las estadísticas no engañan. Si la media de asistencia al estadio es de 63.000 espectadores, esta noche de efluvios gerundenses sube hasta los 85.000. No engañan: esto significa, matemáticamente, que hay 20.000 seguidores del Girona. O que los turistas se han despertado o que el socio barcelonista intuye que en este inédito derbi catalán quien despertará será la bestia. Está de moda despertar bestias, y Pablo Machín lo confirma en la rueda de prensa post-partido. Hablando de dioses, cedo la palabra a alguien que sabía bastante de la cosa: "Fue, porque nunca dejó de ser; será porque nunca faltará; existe, porque siempre es". San Agustín no conoció a Messi, pero escribe como si le hubiera pedido la camiseta, como hace Granell al final del partido.

Volvamos a los gerundenses, sin embargo. No son 20.000, pero lo parece. Hay muchos con el corazón dividido. Machín, el cantante y no el entrenador, se preguntaba "cómo se pueden querer dos mujeres a la vez y no estar loco". Los hay que lo demuestran con un homenaje a Jano, el dios de las dos caras. Casualmente son mi hermano y mi cuñado. El primero lleva camiseta del Girona y bufanda del Barça. El segundo, al revés. El resumen de esta bipolaridad me la ofrece al final del partido (este set/siete, tenístico y de desgarro) un niño que se llama Jan y que, sin tener que preguntarle nada, me suelta: "Yo, estoy contento igual". Va con su abuelo, un peluquero famoso en Girona. Se llama Joan Grabulosa y su nombre de guerra capilar es John Mary: "Hombre, podían haber tenido un poco de piedad; mira que nosotros les hemos regalado siete puntos ".

El empate y la victoria

Se refiere, por supuesto, a los empates con el Atlético y a la esplendorosa victoria contra el Madrid. Pero, ya se sabe, si despiertas a los monstruos, entonces es inevitable que ejerzan de monstruos. Los jugadores del Girona han leído a Horacio: "Por lo tanto, vivid con coraje y oponed un pecho valiente a la adversidad". Machín, el entrenador y no el cantante, declara que "sentía que mis futbolistas querían jugar de tú a tú". Reafirma lo que intuyo que pensaba Granell la mañana del día de san Modesto, antes del partido. Le pido que no marquen al hombre y me contesta: "Me parece que no lo haremos". Y lo aplaudo, claro que sí.

Gracias a ello, al menos probamos un sorbo de hidromiel durante un lapso brevísimo de tiempo que parece una eternidad clásica. Exactamente 2 minutos y 16 segundos (entre el 2'06 '' de Portu y el 4'22 '' de Suárez) de orgasmo gerundense. Y no de orgullo, que ahora sale estampado en la camiseta, porque los gerundenses destacan más por la cosa discreta, "pequeña y delicada", que decía el prosista Jaume Ministral (como estos 2 minutos y 16 segundos), que no por un exceso de estima que solo veo en la locura defensiva del general Álvarez de Castro en la lejanísima Guerra del francés.

Una extraña sensación

En un Camp Nou donde he vivido noches memorables y donde he celebrado con euforia los goles del Barça, ahora me encuentro interpretando el papel de visitante, de rival. Una extraña sensación, como si viviera en un episodio de 'Strangers things'. Una realidad paralela donde celebro la carambola a dos bandas de Portu y donde no dejo de aplaudir ('noblesse oblige') las monstruosidades del monstruo y el disparo soberbio de Coutinho. Y hago como Jan y también estoy contento, mira. No paso por el siete sino porque el Girona ha jugado con alma. Yo también he leído a Horacio, que siempre consuela: "Oh, valientes, oh, guerreros que a menudo habéis pasado pruebas peores; que el vino ahora aleje vuestras fatigas; mañana volveremos al mar inmenso". Y quien dice vino, dice gintonic. Me tomo uno, a la vuelta, a la salud de Jano, el de las dos caras. Veo el pasado y el futuro del Girona y así puedo decidir sabiamente sobre el presente.