LA CLAVE

La cara desagradable del 155

Ínigo Méndez de Vigo durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Ínigo Méndez de Vigo durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. / periodico

Albert Sáez

Albert Sáez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La semana empezó con el ministro Íñigo de la Serna exhibiendo la cara amable de la aplicación del artículo 155 en el aeropuerto de El Prat y acaba con la cruz desagradable de la inmersión lingüística. A Mariano Rajoy se le conoce por dilatar hasta evitar la toma de decisiones que le pueden suponer algún coste. ¿Por qué se mete en el lío de modificar el régimen lingüístico en las escuelas catalanas en una situación de interinidad como la actual? ¿Por qué utiliza la suspensión de facto del autogobierno para imponer una medida que cuenta en el Parlament  con apenas 41 diputados de 135? Las hipótesis son diversas. Pudiera ser que Rajoy quiera con esta medida acallar al ultraespañolismo de matriz aznarista que anida en una parte de la galaxia mediática y que lleva años convencido que el catalanismo moriría sin el catalán en la escuela y sin TV-3. Pudiera ser también que amenazando a la inmersión intente acelerar la capitulación de Puigdemont y la formación de un gobierno en Catalunya. Y pudiera ser, perfectamente, que sea una batalla más en la guerra abierta que libra con Ciudadanos para ver quien exhibe la bandera más grande. Rajoy, ya lo sabemos, preferiría no hacer nunca nada en Catalunya, tampoco con el 155, simplemente porque piensa que no tiene nada que ganar y mucho que perder. Es mejor mantener las hipótesis indemostradas que arriesgarse a perder argumentos que permiten ganar las elecciones en España.

Imaginemos, por un momento, que el ministro Méndez de Vigo introduce dos casillas en la preinscripción escolar para que los padres elijan la lengua de la escolarización de sus hijos. Imaginemos que la opción del castellano no la completa casi nadie o prácticamente los mismos que lo han pedido con el escrito que facilita Convivencia Cívica en los últimos años. ¿Quién podría hacer entonces el discurso de la falta de libertad y de la imposición? ¿Qué pasaría si, como reacción, los padres piden también la escolarización en inglés y no en castellano? Rajoy simplemente huye una vez más de sí mismo. Sin investidura deberá firmar el decreto de preinscripción y simplemente ha querido desarmar a Rivera de forma preventiva. Otro expediente sin cerrar.