Relaciones personales y lingüística

¡Ánimo! Afronte esa conversación incómoda

Lo importante no es tanto lo que se dice, sino, sobre todo, 'cómo' se dice

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ESTRELLA MONTOLÍO

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¿Cuántos de nosotros hicimos una lista de buenos deseos para el  2018 en la velada de Nochevieja? Ir más al gimnasio, llamar más a menudo a la abuela, dejar de fumar, comer menos fritos; y sí, tener por fin esa conversación difícil que está pendiente desde hace largo tiempo: decirle a nuestra pareja que estamos insatisfechos con la relación, enfrentarse al superior que nos está machacando, decirle al amigo que nos sentimos defraudados por su actuación en una ocasión… o, glups, confesarle a la familia que somos independentistas fervientes, o que no lo somos en absoluto.

Y de todos estos propósitos clásicos de fin de año, lo más probable es que el que más posterguemos sea el último, la conversación incómoda sempiternamente pendiente.

Sin recursos

Y es que las conversaciones que sabemos que van a ser embarazosas se nos hacen muy cuesta arriba. Tenemos pocas herramientas comunicativas sobre cómo plantearlas, cómo enfrentarnos a ellas con algún tipo de preparación; y nos sentimos sin recursos para saber manejarlas para exponer nuestra opinión y sentimientos de modo claro, y que no suponga un desgaste irreparable en la relación personal o profesional.

Desde la psicología se han escrito libros solventes sobre cómo enfrentarnos a las conversaciones difíciles. Pero desde la lingüística, la disciplina que estudia el lenguaje, aun quedan aspectos esclarecedores por decir sobre este tema. Si centramos nuestra atención en qué formas lingüísticas y qué estilos comunicativos pueden ser los más convenientes y efectivos en una conversación de este tipo, las posibilidades de éxito aumentan. Seguro que usted tiene experiencia personal de una gran verdad: lo importante no es tanto lo que se dice, sino, sobre todo, 'cómo' se dice. Pongamos, pues, el foco en 'cómo decir' en una conversación que sabemos complicada. Ahí van cinco reflexiones sintéticas que espero que sean de ayuda.

1. Pronombres personales

Dos de ellas atienden al uso de los pronombres personales, esas palabrillas aparentemente banales e inocentes como 'yo', 'tú', 'nosotros', 'ellos', que, sin embargo, esconden una increíble carga estratégica. Esta es la primera clave: utilice un 'yo' sincero mejor que un 'tú' acusador.

En las situaciones de antagonismo, a menudo el 'tú' se usa como el dedo índice que señala, acusa y culpabiliza. Cuando se emplea en una conversación difícil, el 'tú' suele provocar una reacción negativa en nuestro interlocutor, que empeora las cosas y distancia y polariza a los conversadores.

Veamos un ejemplo: "Me ridiculizas en las reuniones. Siempre tienes que hacer algún comentario graciosillo que le quita valor a lo que yo acabo de decir". Mire ahora  cómo suena enfocado en el 'yo': "A menudo, cuando digo algo en una reunión, haces algún comentario irónico o gracioso. En ese momento,  yo siento que mi intervención ha perdido valor; y quiero que lo sepas porque no creo que sea esa tu intención". La segunda formulación, centrada en la expresión del sentimiento, opinión o emoción del 'yo', en lugar de la recriminación hacia el 'tú', hace más fácil la resolución del conflicto, ¿verdad?  

2. Burbuja comunicativa

Una segunda estrategia basada también en el uso de los pronombres: "En las conversaciones difíciles, intente usar "nosotros" donde normalmente habría empleado 'yo'. Y es que hablar desde el 'yo' puede crear una burbuja comunicativa de autoprotección y autojustificación que deja fuera a los demás, que se sienten excluidos y recriminados porque aparecen señalados discursivamente como el enemigo causante del problema.  Por ejemplo: "Tengo que decirte que me pone a mil tu forma desconsiderada de hablarme cuando llegas estresado del trabajo".

Por el contrario, el "nosotros" es inclusivo e invita a compartir la misma perspectiva, a dar pasos hacia una resolución conjunta del conflicto.  Veamos la posible versión alternativa: "¿Qué te parece si hablamos de cómo conversamos tú y yo cuando estamos cansados?".

Esta sencilla táctica discursiva desdibuja el antagonismo entre un 'yo' y un 'tú' enfrentados y lo disuelve (o, por lo menos, lo difumina) en un 'nosotros' conciliador en el que no hay culpables, ni reproches, sino simplemente el planteamiento de una oportunidad de conversar de una manera constructiva para resolver un conflicto.

Estos dos desplazamientos pronominales, del 'tú' acusador al 'yo' que expresa sus sentimientos; y del 'yo' irritado al 'nosotros' que busca cooperación, no es ninguna banalidad. Implica un cambio absoluto de perspectiva.

Nos quedan pendientes tres tácticas verbales más. Si le parece, se las cuento en otro artículo.