tú y yo somos tres

Si la mentira da éxito, huye de la verdad

Ferran Monegal

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No pase un día más sin pespuntear un suceso colosal que ha ocurrido esta semana en el 'Chester' de Risto Mejide (Cuatro).Risto Mejide Hablaba de la mentira pura y dura, ahora maquillada con la nueva palabra: posverdad. Sentó a su lado a Mila Ximénez, una de las estrellas más guerreras y sensacionales del universo circense de la Telecinque de estos últimos 10 o 15 años.

Mila fue cogiendo carrerilla y comenzó a contar cosas absolutamente fundamentales para entender la base del éxito televisivo a fuerza de ir construyendo "la verdad falseada. Habló de sus años en 'Crónicas marcianas'. De cómo mentía a gusto de los que le pagaban. Si convenía decir que había tenido sexo con Encarna Sánchez, por ejemplo -al fin y al cabo Encarna había muerto y ya no podía demandarles- lo decía y todos tan anchos. "Me daban medio millón de pesetas por intervención. Iba tres días a la semana. Éramos como cerdos metidos en un corral, dijo, rompiendo a llorar. ¡Ahh! Qué hermosa catarsis sobre la marcha.

Hubo no obstante otro momento de esta confesión que merece resaltarse. Fue cuando habló de su compañera Lydia Lozanocuando esta se erigió en gran protagonista de las especulaciones sobre Ylenia Carrisi, la hija desaparecida de Romina Power y Al BanoFueron aquellas jornadas en que Tele 5 alcanzó cotas de audiencia fantásticas cuando Lydia aseguró que Ylenia estaba viva. Mila recordó aquellas semanas de tanto éxito televisivo, y explicó: "No era verdad. Era falso. Pero eso estaba dando tanta audiencia, que ni ellos (Tele 5) podían parar, ni ella (Lydia) tampoco, por el gran protagonismo que estaba logrando. Hacíamos un 40% de audiencia y, además, todo se retroalimentaba

¡Ahh! Luminosa confesión. Mila Ximénez, en un insólito rapto de sinceridad, le hizo la autopsia al propio imperio en el que estaban. Nos enseñó cómo funcionan las entrañas de estos programas. Cómo se impulsa la mentira, sin escrúpulos de ninguna clase, para tener a la audiencia abducida, pegada como una lapa a la pantalla. Tiene mérito que esto lo haya confesado en Cuatro, cadena del mismo imperio que Tele 5.

Interesante lección. No es anecdótica. Hoy este sistema se ha generalizado. La elaboración e impulso de la mentira ya no es patrimonio exclusivo de ningún imperio televisivo privado. Las cadenas públicas también se han aficionado.