Días complicados para el presidente

La semana de Rajoy

Quienes asistimos a la caída del PP nos alegramos al saber que su líder pretende volver a presentarse

Rueda de prensa de Mariano Rajoy

Rueda de prensa de Mariano Rajoy / periodico

CLARA USÓN

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Nuestro presidente del Gobierno ha tenido una semana complicada o, como diría él, con su gran dominio del inglés, 'very difficult'. El lunes hizo el viaje inaugural del AVE Madrid-Castellón, con pompa y  circunstancia, y lo que tenía que haber sido ocasión de lucimiento fue motivo de bochorno: el flamante tren llegó a Castellón con 20 minutos de retraso y fue adelantado por trenes de cercanías durante el trayecto. El Alvia hace el recorrido en menos tiempo.

El martes, el magistrado Pérez de los Cobos, su candidato al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, fue derrotado por la catedrática María Elósegui y obtuvo la peor puntuación de los candidatos. El día anterior, una comisión de la Asamblea del Consejo de Europa calificó con 0 puntos al elegido por Rajoy; al parecer, Pérez de los Cobos no habla ni inglés ni francés; el presidente, sin duda, lo propuso con el mismo fin con el que en su día nombró a Trillo embajador en Inglaterra, para que aprendiera idiomas trabajando, intención loable y generosa que no ha sido apreciada en Bruselas, los extranjeros son muy raros.

El miércoles, Ricardo Costa, exsecretario general del PP en Valencia, confesó ante el juez que su partido se financiaba con dinero negro, procedente de mordidas pagadas por empresarios para lograr adjudicaciones de obra pública, bajo las instrucciones del expresidente de la Generalitat, y también miembro del PP, Francisco Camps. Bárcenas lo sabía, dijo, y nosotros también, lo sabíamos todos menos Rajoy, o eso declaró nuestro presidente el jueves a Carlos Alsina en la radio, «a nosotros nunca nos lo habían dicho». Rajoy es un alma cándida al que nadie informa de nada y que nada pinta en su partido ni en el Gobierno, un ser despistado, olvidadizo, que salvo el inglés –que habla con maestría–, lo ignora casi todo; por ejemplo, no sabe que el misterioso 'M. Rajoy' de los papeles de Bárcenas es él, hay que suponer que eso tampoco se lo han dicho, por pura humanidad, por compasión, ¡qué disgusto más grande se llevaría si llegara a enterarse!

En la entrevista, al ser preguntado por la brecha salarial entre hombres y mujeres, Rajoy dijo: «No nos metamos en eso», y si no fuera porque soy mujer y por tanto parcial, aplaudiría su respuesta; que un gobierno que se entromete en todo y lo controla todo, el Parlamento, la administración, la fiscalía, la justicia, no intervenga en algo, es de agradecer, pero soy mujer y su respuesta me indigna. (Habría que investigar los sobresueldos de los papeles de Bárcenas, para comprobar si allí también se refleja la desigualdad salarial entre políticos y políticas).

Por último, ha buscado impugnar la candidatura de Puigdemont a la presidencia de la Generalitat y el Consejo de Estado ha dictaminado que carece de motivos para ello. Rajoy, impasible, interpone recurso ante el Constitucional; se ve que no ha tenido bastante con la denegación judicial de la orden europea de detención a Puigdemont, le gusta perseverar en el error. Para insuflar ánimo a los suyos, Rajoy anuncia que intentará presentarse a las próximas elecciones; no sé si ha tranquilizado a sus fieles, pero a los que no le votamos y observamos con alborozo cómo su partido cae en las encuestas, nos da una satisfacción.