¿Es la equiparación salarial?

El sábado pasado vimos una manifestación en Barcelona con el pretexto de la reivindicación de una equiparación salarial de la Policía Nacional y la Guardia Civil con los cuerpos policiales que dependen de administraciones autonómicas. Cualquier colectivo tiene derecho a reivindicar mejoras de las condiciones laborales y es muy lícito que se organicen para hacerlo. Ahora bien, también es cierto que estas reivindicaciones no han tenido en cuenta que hay sustanciales diferencias en aspectos que van más allá del salario, como el acceso a la vivienda o la edad de jubilación, que en ningún caso sitúan en una posición ventajosa los agentes de los cuerpos policiales de los territorios con una voluntad histórica de autogobierno.

Afán recentralizador

Esto me lleva a pensar en aquella cantinela que hemos escuchado a lo largo de los últimos años sobre el supuesto dispendio que hacen las autonomías –focalizada especialmente en Catalunya- tras la cual se esconde un afán recentralizador y una voluntad de borrar del mapa cualquier singularidad territorial.

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Hay algunos elementos más de la manifestación que llevan a dudar de cuáles eran sus intenciones. Por ejemplo, el Ministerio del Interior, que es de quien depende el sueldo de los policías españoles, tiene la sede en el paseo de la Castellana de Madrid. Que la manifestación se convocara en la capital catalana después de los episodios de violencia policial del referéndum del 1 de octubre no me parece que sea casualidad. 

Al mismo tiempo, que los líderes políticos presentes a la cabecera de la manifestación fueran Albiol y Arrimadas también es significativo. El primero es miembro del partido que gobierna España, responsable de un sueldo que los policías consideran bajo. La segunda es miembro de un partido que fue clave para la conformación de un gobierno del PP y que aprobó los Presupuestos Generales del Estado del 2017.

Quizá la manifestación iba de otra cosa que no estaba reflejada en el lema de la pancarta.