La vida y obra de los artistas

Un final 'made in Hollywood'

El movimiento contra el acoso y la agresión sexual en la industria del cine está consiguiendo muchas cosas y sospecho que Woody Allen puede ser el próximo en caer

El cineasta Woody Allen, en una imagen del 2016 en Cannes.

El cineasta Woody Allen, en una imagen del 2016 en Cannes. / EG/SAA/TB

IMMA SUST

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La historia está llena de grandes genios que a la vez son grandes malas personas. Acosadores, pedófilos o misóginos. ¿Dónde acaba el artista y empieza la persona? Yo adoro las películas de Woody Allen, me gustan los cuadros de Pablo Picasso y creo que 'El pianista' de Roman Polanski es una de las mejores películas de la historia. Me enamoran los papeles que interpreta Kevin Spacey y aunque Bette Davis y Joan Crawford eran unas auténticas malas madres en la vida real, las considero maravillosas como actrices. Me reía en los años 80 con el show de Bill Cosby. 

Estoy muy a favor de sacar a los malos del armario y de  que vayan a la cárcel si son culpables, pero yo como espectadora, ¿tengo que posicionarme moralmente? Parece ser que el movimiento Time’s Up contra el acoso y la agresión sexual en la industria del cine está consiguiendo muchas cosas y sospecho que <strong>Woody Allen</strong> puede ser el próximo en caer.

Los actores y directores que antes lo idolatraban, se están posicionando en su contra. Actrices como Natalie Portman o Mira Sorvino ya han dicho públicamente que no quieren trabajar con él. Y mi reflexión es la siguiente. ¿Yo como espectadora tengo que dejar de disfrutar de su arte? Y, por otra parte, me gustaría entender el porqué de este rechazo ahora al director.

Cierto es que la entrevista que dio <strong>Dylan Farrow</strong> en la CBS parece que confirma bastante los hechos. ¿Pero qué pasa, por ejemplo, con Roman Polanski? Lo suyo hace años que está más que probado, confesado y confirmado. Violó a una niña de 13 años en en la casa de Jack Nicolson. Y parece que a nadie le importa cuando desde el año 1977 en que confiesa la agresión no para de trabajar, a ninguno de sus actores se le ha pasado por la cabeza dejar de salir en sus películas y en el 2003 le dan un Oscar y es ovacionado como uno de los grandes en el teatro Kodak de Los Ángeles, con Meryl Streep en pie aplaudiendo entre muchos otros. 

Woody Allen, ya lo ves, tendrás que reconocer que sí lo hiciste para que te dejen trabajar o te vas a comer un final 'made in Hollywood'. Hipócrita ante todo.