Contrapunto

El baile de cifras de los efectos del 'procés'

El nuevo récord del aeropuerto de El Prat contrasta con la anunciada caída del turismo

Un aspecto de la Terminal 1 del aeropuerto de El Prat.

Un aspecto de la Terminal 1 del aeropuerto de El Prat.

Salvador Sabrià

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La convulsión política y social vivida en Catalunya desde el pasado 1 de octubre ha tenido efectos negativos en la economía del país, esto es innegable. Otra cosa es que el impacto haya sido tan profundo como se había adelantado en muchos foros como previsión, pero que después la realidad ha reducido de forma notable. Un buen ejemplo de ello ha sido el baile de cifras que se vivió la semana pasada en relación con la actividad turística. El nuevo secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Zurab Pololikashvili, se estrenó en una intervención pública en Madrid tras acceder al cargo el pasado 1 de enero cifrando el descenso de la llegada de turistas internacionales en el último trimestre del año a Catalunya "entre el 15% y el 20%", aunque no especificó el origen de los datos. En el mismo acto, incluso el representante del Gobierno central rebajó estas cifras, aunque ambos coincidieron en que ya se está remontando la actividad. Fuentes de la Generalitat replicaron a las pocas horas con un informe de la dirección general de Turisme en que se afirmaba que la autonomía recibió en el conjunto del 2017 un total 19,1 millones de turistas extranjeros, el 5,5% más que un año antes. 

Hay más cosas que no cuadran entre las previsiones negativas y la realidad final. Quizá la cifra que impone más dudas en este aspecto es el nuevo récord de viajeros alcanzado en el aeropuerto de Barcelona-El Prat, con 47,2 millones de usuarios registrados en el 2017, sin dejar de crecer en ningún mes, ni siquiera en octubre y en noviembre, e incluso con un aumento porcentual del 6,4% en diciembre, superior al de Madrid-Barajas, que no estuvo afectado ni por atentados, ni por las imágenes de cargas policiales que han dado la vuelta al mundo de la jornada del referéndum ilegal del 1 de octubre. Pero es que también se han producido aumentos mensuales y anuales espectaculares en los dos otros aeropuertos comerciales catalanes: un 16% anual en el caso de Girona, y del 25% en el de Reus. En total, casi tres millones de pasajeros entre estas dos infraestructuras, que sumados a los de Barcelona suman más de 50 millones de personas. Una cifra muy superior a la del 2016 de viajeros que en algún sitio deben haberse alojado, comido o realizado compras, pese a todo. 

El récord de El Prat ha vuelto a poner sobre la mesa el peligro de una saturación de la instalación mucho antes de lo previsto. Desde el gestor aeroportuario se recuerda que queda margen tanto en la infraestructura barcelonesa como en la oferta global catalana, si se cuenta con Girona y Reus. En el primero se alcanzó el récord en el 2008, con 5,5 millones de pasajeros, y en el segundo en el 2009, con 1,7 millones. Otro tema es si el país puede llegar a asimilar tal cantidad de turistas. Pero este es otro debate.