Rusia no vibra con el fútbol

Putin está más interesado en el hockey sobre hielo y el patinaje artístico

Putin, en un amistoso de hockey sobre hielo.

Putin, en un amistoso de hockey sobre hielo. / periodico

Marc Marginedas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Me van a permitir que en estas páginas, siempre prestas a destacar las hazañas y los logros del Barça, escriba unas palabras que a muchos lectores les parecerán heréticas: creo que el fútbol se reduce a 22 jugadores en pantalón corto pasándose de forma parsimoniosa un balón durante 90 minutos hasta que, ocasionalmente, alguno lo logra introducir en una portería y por lo tanto, aburre a las ovejas. Residir en Rusia, país que en unos meses organizará la Copa del Mundo de fútbol, me ha permitido materializar un sueño que albergaba desde la infancia: evadirme de esta obsesión tan barcelonesa, catalana y española por el balompié, y disfrutar de deportes con seguimiento minoritario en nuestro país, como el patinaje artístico.

Y es que, por mucho que el país se prepare para el Mundial veraniego, en las latitudes donde vivo mi distanciamiento del así llamado deporte rey es ampliamente compartido por un importante sector de la ciudadanía, incluyendo al inefable Vladímir Vladimírovich Putin. Lo que despierta aquí pasiones son los deportes invernales: el esquí de fondo, el bobsleigh, el patinaje de velocidad, pero sobre todo el patinaje artístico y el hockey sobre hielo.

Para que se hagan una idea. Hace dos años, Putin, el factótum del poder en Rusia, se pasó su 63º cumpleaños jugando al hockey, integrado en una escuadra formada por antiguos jugadores profesionales rusos que habían militado en la NHL, la liga profesional que engloba a equipos de EEUU y Canadá. Estos apalizaron por 15-10 -no podría ser de otro modo con tan ilustre alineación- a otro equipo formado por altos funcionarios e incluso ministros del Gobierno, incluyendo al titular de Defensa, Serguéi Shoighu, y al director de la petrolera Rosneft y amigo personal del líder del Kremlin, Arkady Rotenberg.

No tengan dudas: ningún improbable triunfo del combinado ruso en el Mundial igualará el entusiamo nacional que desataron las lágrimas derramadas sobre el mismo hielo por los armoniosos patinadores Tatyana Volosozhar y Maxim Trankov, tras hacerse con la medalla de oro en la modalidad de parejas durante los Juegos de Sochi del 2014.