tú y yo somos tres

Ana Belén convertida en arpía

ferran
Monegal

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Para los que llevamos años admirando a Ana Belén, ha sido duro. Acaba de regresar al género de las teleseries, tras una ausencia de más de tres lustros, y le ha tocado interpretar a una arpía. ¡Ahh! Qué dolor verla en el papel de una desalmada, ruín, canalla y venenosa matriarca de una familia riquísima, pero también podridísima, empujando a su hijo contra su padre, incitándole a que lo destruya, inyectándole el odio en las venas, diciéndole: «Tú y yo somos iguales. Asúme tu responsabilidad. Quítaselo todo. Que se quede como vino a este mundo». Y 24 horas después, aparece el padre muerto, flotando en la piscina. Estamos hablando de la nueva teleserie que acaba de estrenar TVE-1, '<i>Traición'</i>, de la acreditada factoria Bambú. Es un drama con tintes policíacos. Retrata a una familia de millonetis ambiciosos y ruines, dispuestos a todo por un fajo de billetes. La intriga consiste en descubrir al asesino, al tiempo que nos dibujan la vida de estos bellacos de cuello blanco y alma negrísima. Es una fórmula que la tele viene exprimiendo desde hace muchos años. Si hablasen con acento latinoamericano, diríamos que es un culebrón. Es un tipo de trama que engancha mucho. Dentro de la programación de TVE-1, la ficción es lo más honesto que emiten. Aquí al menos ya sabemos de antemano que todo es comedia. O sea, mentira.

RAJOY VISITA EL BALNEARIO DE T-5 .- No ha sido una entrevista lo que le ha hecho el lunes Pedro Piqueras a Mariano Rajoy en su noticiario de T-5. Ha sido una confortable sesión de masaje combinado con 'acquagym' y rayos UVA. En el acreditado balneario de La Toja no lo mejorarían. Hablaron exclusivamente de Catalunya. Piqueras le iba sirviendo en bandeja los horrores del independentismo y sus líderes, y el presidente del Gobierno se desahogaba encantado con la comodidad que le proporcionaban las preguntas. El clima del plató rezumaba confort. Rajoy estaba relajado como si estuviera en un yacusi. Ni una mención al juicio sobre la corrupción de importantes personajes del PP. Ni pío sobre esa inquietante advertencia de <b>Manuel Morocho</b>, inspector jefe de la UDEF, que hace unos días declaró que un tal «M. Rajoy» indiciariamente recibía 'sobrecitos'. ¡Ahh! Así da gusto pasar por un plató de informativos, en donde se supone que se ejerce el periodismo.