Huracán sobre la política alemana

Angela Merkel. Theresa May y Emmanuel Macron, en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en Bruselas

Angela Merkel. Theresa May y Emmanuel Macron, en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en Bruselas / periodico

Carlos Carnicero Urabayen

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Impecable campaña de márketing. Un nombre sexy para bautizar al Gobierno de un país con fama de frío. La coalición que está llamada a gobernar Alemania se llama 'Jamaica' porque los colores de su bandera coinciden con los de los socios de Gobierno: los democristianos de Merkel y sus socios bávaros de la CSU, los liberales y los verdes. Negro, amarillo, verde. El problema es que las negociaciones son tan complicadas que pueden morir sin Gobierno, obligar a gobernar en minoría o incluso repetir las elecciones. El caos asoma también en el oasis de estabilidad europeo.

La exótica bandera de esta isla del Caribe hace justicia a la insólita situación que vive Alemania, país con tradición de coaliciones y una comprensible obsesión histórica por los consensos y la estabilidad. Pero el resultado electoral de septiembre que los políticos tratan de digerir nos da una idea del seísmo político que la crisis ha producido por los cuatro costados del continente, también en el norte. Fragmentación del Parlamento; caída del bipartidismo (el peor resultado para democratacristianos y socialdemócratas desde la posguerra) y crecida de la extrema derecha del partido AFD (tercera fuerza en el país y segunda en el antiguo este comunista).

Una caricatura

Tomo prestada la caricatura del 'Financial Times'. Se trata de poner de acuerdo a los votantes que adoran la velocidad que les propicia sus exclusivos Porsche (los liberales) con los veganos abraza-árboles que votan al Partido Verde. Los segundos quieren cerrar las plantas de carbón más contaminantes y ejercer una política solidaria de puertas abiertas para los refugiados y sus familiares cercanos. También quieren mano dura con los coches que rugen. Los democratacristianos y los liberales chocan con ello.

No sobran metáforas. "Un huracán está actualmente sobre 'Jamaica'", dice un líder liberal. "El huracán se debe a la falta de progreso en cambio climático", replica un político verde. En el horizonte, haya o no coalición caribeña, probable inestabilidad. Si hay un Gobierno en minoría, se teme dure poco; no hay precedentes en Alemania. El excanciller socialdemócrata Schröder pronostica elecciones en el 2019.

Si la lengua de Europa es la traducción, como dice Umberto Eco, el deporte oficial de la política europea es la espera. Primero se habló de la oportunidad de relanzar Europa tras la victoria de Macron. Después de hacerlo tras las elecciones alemanas. Ahora tras el acuerdo de Gobierno en Alemania, si este llega, claro.

El presidente francés ha prometido relanzar una "Europa que proteja", más unida y de cara amable para los ciudadanos a los que la crisis ha generado inseguridad. Macron quiere integrar más la zona euro, nombrar un ministro de economía europeo y dotar a la eurozona de presupuesto. También ambiciona crear un fondo monetario europeo. Pero los socios de 'Jamaica' avisan: nada de instrumentos que mutualicen la deuda. En esto sí hay acuerdo. Tomemos nota de otra expresión europea: "sí, pero".