Editorial

La apuesta de BCN por la 'smart city'

La innovación debe estar asociada al reto de impulsar el progreso social y la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos

Ambiente en el Smart City Expo de Barcelona.

Ambiente en el Smart City Expo de Barcelona. / periodico

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Que Barcelona se ha convertido en una ciudad de notoriedad global lo demuestran convocatorias como la del Smart City Expo World Congress, la feria sobre la tecnología ciudadana que vive su séptima edición desde que diera sus primeros pasos en la capital catalana. Hasta mañana se han citado en el recinto ferial de la Gran Via unos 680 expositores (un 20% más que el año pasado, según la organización), 700 ciudades y 420 ponentes para intercambiar experiencias sobre gestión en la ciudad digital. La celebración del congreso resulta una excelente noticia que ayuda a transmitir una idea de necesaria normalidad en estos tiempos de agitadísima convulsión política, con el último coletazo de la ruptura del pacto de gobierno entre el grupo de Barcelona en Comú y el PSC.

La palabra innovación es recurrente en la hoja de ruta de todas las grandes urbes mundiales, y Barcelona quiere estar sin duda en esa liga. El concepto está ligado al objetivo de convertir a la capital catalana en un polo de atracción para las empresas del siglo XXI, las de la era digital. Pero también esa idea de innovación, propia de una smart city, debe estar asociada al reto de impulsar el progreso social y la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos. Ese es un objetivo que ya hoy se manifiesta, por ejemplo, en aspectos de la movilidad urbana y también en cuestiones medioambientales. La smart city ya no resulta, por lo tanto, una ciudad del futuro sino de un presente sin vuelta atrás.