ANÁLISIS

En Italia se juega a tres bandas

Ahora la política italiana se dirime entre el centroderecha de Berlusconi, el PD y el M5S

Silvio Berlusconi registra su nombre como marca comercial

Silvio Berlusconi registra su nombre como marca comercial / periodico

Rosa Massagué

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Dado por políticamente muerto, Silvio Berlusconi ha regresado con enorme éxito en las recientes elecciones en Sicilia tras recoser el llamado centroderecha, que ganó. Difícilmente será candidato en los próximos comicios legislativos del año próximo. Sobre él pesa la inhabilitación para ejercer cargos públicos, pero sobre todo porque con la nueva ley electoral no se va a tratar de nombres y cabezas de lista, entre otras cosas, por el gran peso que tendrá el sistema proporcional.

El magnate leyó bien los resultados de las elecciones del 2013. La potente aparición entonces del populista Movimiento 5 Estrellas (M5S) arrinconó el dualismo que históricamente había dominado la política italiana, con el centroderecha de una parte y la izquierda de otra. A esta última le faltó visión para entender el cambio. El líder del Partido Democrático (PD), Matteo Renzi, optó por un personalismo que oponer al de Berlusconi. Mientras, se rompían las costuras del partido con abandonos notorios que, sin embargo, tampoco han sido capaces de aglutinar a los descontentos en un nuevo proyecto que fuera más allá del pim pam pum de turno. Y el Gobierno que encabeza Paolo Gentiloni, del PD, ha caído en la irrelevancia.

Corrimientos de tierra

Ahora la política italiana se dirime a tres, el centroderecha, el PD y el M5S. Los dos primeros tienen claro que su adversario es la fuerza del cómico Beppe Grillo. Renzi sueña, quizá ilusoriamente, en lograr el 40% y Berlusconi sabe que necesita al PD para derrotar el M5S. ¿Es esto lo que quiere aquella Italia progresista, protagonista de tantas luchas sociales y políticas? No hace falta decir que la socialdemocracia también está en crisis en Italia.

Estos corrimientos de tierra política cuando el futuro todavía no se ha asentado dejan resquicios que son ocupados, en toda Europa, por fuerzas ultraderechistas, más radicales incluso que Hermanos de Italia o la Liga, que están en el ‘centroderecha’ berlusconiano. También lo hacen, en connivencia con aquellas o por cuenta propia, las varias mafias. Cuanto ocurrió la pasada semana en Ostia al agredir un mafioso a un periodista que le entrevistaba revela la prepotencia e impunidad de una organización criminal. Ya lo contaba el año pasado la película ‘Suburra’. Más que ficción parecía un documental.