Pequeño observatorio

¿Es un contrato, un sacramento o qué es?

Cuando se tienen axiomas y lenguas diferentes y hablan, es difícil que se entiendan

zDiferentes banderas en Universitat.

zDiferentes banderas en Universitat. / periodico

JOSEP MARIA ESPINÀS

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He recibido, hace pocos días, un ejemplar de Revista de Catalunya, que está a punto de celebrar los 200 números. Una publicación de prestigio cultural que aparece cada cuatro meses. Este número es especialmente interesante, porque Vicenç Villatoro habla de un tema vinculado a la actualidad. Bien mirado, la actualidad también forma parte de la historia. Me limitaré a recoger algunos fragmentos de su texto.

«Es curioso observar como en el argumentario del soberanismo catalán, contractualista, se han utilizado con frecuencia metáforas familiares. Si un matrimonio no se aviene, debe existir la opción del divorcio. Si una de las partes se siente maltratada o incómoda, debe tener el derecho de darlo por roto. Si un hijo no está bien en una casa, debe poder emanciparse».

El historiador Ian Gibson se lamentaba: «El Gobierno español cree que la unidad de España es sagrada. Ahora yo no lo dicen porque queda mal, pero lo piensan. La unidad de España no puede ser objeto de negociación». 

Una visión "sacramentalista"

«Los soldados y los místicos consagran la verdad única revelada, que no puede ser objeto de comercio». Esta visión «sacramentalista», dice Villatoro, aparece también en el debate de la cultura política española. «La visión del Estado hace hincapié en la ley ya hecha, deja en segundo término cómo se hace y cómo se puede deshacer, obviando los aspectos contractuales: la ley es un dogma». «Todos hablan de la ley, pero no entienden igual la ley».

Una parte subraya el aspecto contractual. La otra, el aspecto sacramental. Dice Villatoro que estas dos concepciones responden a dos visiones del mundo, contrapuestas, que generan diferentes sistemas de valores y adoptan lenguas diferentes. Y avisa: cuando se tienen axiomas y lenguas diferentes y se ponen a hablar, es difícil que se entiendan.

Que Villatoro me excuse por haber resaltado su ensayo. Pero me ha parecido que podía ayudar a los lectores a interesarse por un tema-problema tan actual como poco investigado.