Merlí: lección de desobediencia civil

Es colosal el sentido orquestal de TV-3 respecto del 'procés' y la deriva 'indepe'. Toda la cadena funciona como una gran cobla sardanística. No hay ni una sola nota discordante. Ningún instrumento desafina. Incluso en programas de ficción, como culebrones, telenovelas y teleseries, siguen obedientemente la partitura.

Esta semana, en 'Merlí' hemos asistido a un alegato muy vibrante acerca de la desobediencia civil. La profesora de Historia, Silvana, les ha hablado a sus alumnos de <b>Henry Thoreau</b> (1817-1862), pintoresco poeta de la naturaleza, primer ecologista antes de que se popularizase esta palabra, que exigía la disolución de todos los gobiernos del mundo y animaba al personal a la desobediencia civil.

La profesora Silvana, con mucha veneración, les insuflaba el espíritu Thoreau: "Él decía que nadie nos puede obligar a hacer nada que atente contra nuestra libertad de conciencia. Él decía que nadie nos puede obligar a obedecer leyes injustas; nuestra única obligación es hacer solamente aquello que realmente creemos propio". Y claro, los alumnos flipaban de alegría. Y tomaron buena nota.

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Se envalentonaron. Y lo primero que hicieron fue practicarle un boicot al profesor Merlí y desobedecer la convocatoria del examen que les había puesto. Hicieron una sentada en el patio, en señal de desobediencia y de protesta, mientras Merlí, con la clase prácticamente vacía, tuvo que suspender el examen por falta de alumnos.

¡Ahh! En este momento tan extraordinario y peliagudo que vivimosen Catalunya el 'golpe Thoreau' habrá sido seguramente celebrado como muy oportuno desde la óptica independentista. Y también, seguramente, habrá sido lamentado y calificado de intolerable y doctrinario desde el punto de vista unionista. ¡Ahh! Ustedes mismos elijan el calificativo. Yo creo, no obstante, que esta serie se salva -entre otras virtudes- por su sentido del humor.

En este mismo capítulo, los guionistas dibujaron luego otra escena que mitiga un poco el 'golpe Thoreau'. Fue cuando Gabi, profesor de Literatura castellana, asiste a una reunión de devotos 'indepes', al parecer todos de la ANC, y les dice: "Os veo tan convencidos con las maravillas de la independencia que, si os digo que no, es como decirle a un católico que Dios no existe". ¡Ah! Fue una metáfora oportuna. En efecto, toda feligresía es incompatible con la crítica.