Llorar en público

Como una niña

Necesitamos más mujeres en política que, además de válidas, no le tengan miedo a las emociones

machismo

machismo / periodico

JENN DÍAZ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

No se viene llorado de ninguna parte. No, Alejandro Fernández, a la política no hay que venir llorado de casa. Y no, Joan Coscubiela, emocionarse no es tener parte femenina. Parece mentira que nuestros representantes en el Parlament no sepan ciertas cosas básicas. Que en la política, como en cualquier otro sector, se puede llorar. Incluso si eres hombre, qué sorpresa. Y que cuando te emocionas y lloras no lo haces nunca como consecuencia de tu género, sino de tu sensibilidad. Así estamos, todavía. Líderes políticos, con millones de personas viéndolos en televisión o escuchándolos en la radio, leyéndolos en la prensa, siguen perpetuando el machismo de toda la vida, pero ahora con unos altavoces impresionantes y desde unas tribunas privilegiadas.

Intentar desprestigiar o ridiculizar a tu contrincante político menospreciando las emociones dice mucho de la sociedad actual. Aún no se han dado cuenta, algunos, de que precisamente lo que falta en los despachos es empatía, emociones, y que eso no los debilitará. Y que cuando las mujeres lloran y muestran sus sentimientos no lo hacen por su condición de mujeres. Si esta es la nueva masculinidad, lo siento, se parece demasiado a la vieja. Y no nos interesa. En política, como en cualquier parte, se viene a pelear, a luchar, a proponer, a solucionar y, si es necesario, a llorar. De qué nos sirven unos dirigentes graves, encorbatados, serios, y mirando al infinito, si no se emocionan cuando la situación lo requiere, si no se muestran tal como somos.

Tantas y tantas mujeres que lloraban en la cocina, a escondidas de los hijos y del marido, tantas y tantas mujeres después, ahora que todos deberíamos ser libres de llorar cuando tengamos ganas de llorar, vienen los de siempre a decir lo de siempre. Que se viene llorado de casa. Que tienen parte femenina. Necesitamos más mujeres en política que, además de válidas, no le tengan miedo a las emociones. La situación es desbordante para muchos, ¿por qué íbamos a venir llorados de casa?, ¿tanta hipocresía necesitan en los plenos, que ni llorar nos van a dejar?