La clave

Pendientes de la CUP

La portavoz de la CUP  Nuria Gibert  durante la rueda de prensa que ha ofrecido tras la runion del Consejo Politico en Perpignan

La portavoz de la CUP Nuria Gibert durante la rueda de prensa que ha ofrecido tras la runion del Consejo Politico en Perpignan / periodico

JUANCHO DUMALL

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Este martes termina el plazo para formalizar coaliciones electorales cara a las votaciones autonómicas del 21-D, y una vez más las miradas están puestas en la CUP. Lo están porque ERC, la formación que parte como favorita clara para la victoria, no quiere reeditar la fórmula de Junts pel Sí, a no ser que esta se amplíe a la CUP y a la parte independentista de Podem.

La CUP, muy curtida en el ejercicio de aguantar la presión de otros partidos, no tomará decisiones hasta el próximo domingo en su Consejo Político, aunque ha ideado la inscripción de una marca blanca que le permita maniobrar próximamente.

Que la CUP concurra o no a las elecciones del 21-D, una cita que consideran ilegítima, tendría una incidencia imprevisible en los resultados (¿todos sus votos irían a Esquerra? ¿se beneficiarían también los 'comuns'?), pero que podría ser decisiva en que el bloque independentista conserve o no la mayoría absoluta parlamentaria. Pero en el caso de que se presenten por separado su resultado también podría ser esencial. Como hace dos años. 

Cambio de alianzas

La CUP obtuvo 10 escaños en las elecciones del 2015 (336.000 votos, el 8,2%). Las últimas encuestas le dan algo a la baja, aunque el ambiente que se ha creado en las últimas semanas puede hacerle mantener o acercarse mucho a ese resultado. De modo que, o cambian radicalmente las alianzas en la próxima legislatura (una posibilidad lejana tras el encarcelamiento de los 'consellers' destituidos y de los Jordis), o la formación de Anna Gabriel y David Fernàndez volverá a estar en el eje de la gobernabilidad.

Tanto ERC como el PDECat saben que la CUP, como el algodón, no engaña y que la formación va a mantener sus posiciones radicales y de desobediencia, coherentes con su visión de que la independencia de Catalunya está vinculada a un proceso de profundo cambio social. Por lo tanto, los 'cupaires', si participan el 21-D, parecen destinados a mantener en el Parlament su papel de conciencia radical, al grito de 'ni un paso atrás'.