Allí donde se ganan y pierden las Ligas

Messi se dispone a chutar para marcar el primer gol  ante la oposición de Iturraspe. A la derecha, Paulinho le abraza tras conseguir el tanto.

Messi se dispone a chutar para marcar el primer gol ante la oposición de Iturraspe. A la derecha, Paulinho le abraza tras conseguir el tanto.

Sònia Gelmà

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Acostumbrado a victorias adornadas con preciosismo, al aficionado del Barça le incomoda ver como sus jugadores ralentizan el saque de una falta para perder tiempo y se desespera cuando las pérdidas de balón se suceden sin descanso. Por eso, pese a los tres puntos, la sensación del sábado era más bien de derrota. Solo quedaba para el consuelo esa frase que sirve de justificación: "Así se ganan las Ligas".

La gesta del Girona arregló la jornada, ya se sabe que no hay mejor remedio para la depresión barcelonista que una derrota blanca. Para entonces, el 'culer' optimista ya tenía preparada otra de esas teorías sin caducidad: "En estos campos se pierden las Ligas".

Messi y Ter Stegen

Así pues, el fin de semana concluyó con un Barça que ganó sin merecerlo, y así es como se ganan las Ligas, y un Madrid que hizo méritos para ser derrotado por un recién ascendido, y así es como se pierden. Si atendemos a la historia de unos y otros, se han intercambiado los papeles. No deja de ser curioso cómo el Barça se aferra a Messi y Ter Stegen, después de denunciar durante años que los blancos solo tenían principio y final.

Con 28 jornadas por delante, resulta precipitado avanzar al campeón pero si la diferencia acaba siendo decisiva y tuviéramos que marcar el día clave, se podría decir que el Barça ganó la Liga en agosto, allí donde la perdió el Madrid. Después de aquella Supercopa, Piqué confirmó que por primera vez se habían sentido inferiores. Ese día, el Barça supo que necesitaría dar más para estar al nivel y apostó por valorar cada punto como oro. También ese día, el Madrid se supo superior, y desde entonces actúa como tal, borracho de éxito, pensando que ya tendrá tiempo de competir.

Cuestión de juego

La soberbia blanca no debe desviar al Barça de su objetivo, porque el resultado te puede sostener un día, incluso dos o tres, pero a la larga resulta muy difícil ganar jugando mal, sobre todo cuando no forma parte de tu tradición. Ocho puntos pueden ser muchos o pocos en función de cómo se corrija cada equipo. Porque esto no va de resultados, sino que ambos serán en la Liga lo que su juego les permita ser.