La clave

Bescansa y Catalunya

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Juancho Dumall

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La capacidad corrosiva que en las fuerzas políticas ha tenido el proceso soberanista ha acabado alcanzando, y no podía ser de otra manera, al partido español que más simpatías ha mostrado hacia el derecho a decidir de los catalanes y con la apuesta por una España plurinacional.

Carolina Bescansa, fundadora de Podemos y recién descabalgada de la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados, ha abierto la caja de los truenos al decir que la formación morada carecía de un proyecto para el conjunto de España. "A mí me gustaría un Podemos que le hablase más a España y a los españoles y no solo a los independentistas".

Un torpedo de largo alcance, porque a su voz se ha unido la del coordinador general de Izquierda Unida, Alberto Garzón, quien ha salido con una afirmación clásica, "queremos trabajo y no banderas", que pone en duda la conveniencia de que la izquierda española acompañe al soberanismo catalán en este momento decisivo.

Centralidad de Colau

Pablo Iglesias tuvo ya sus titubeos en torno al 1-O, pero al final optó por alinearse con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien hoy aparece ante muchos catalanes como la imagen de la centralidad. La posición del líder de Podemos era la de no considerar el 1-O como un referéndum vinculante –y, por lo tanto, carente de base para proclamar la independencia–, pero sí como una movilización democrática a favor de que los catalanes puedan decidir su futuro.

El problema, el eterno problema, es que una posición así penaliza a Podemos fuera de Catalunya, donde se entiende poco el derecho de autodeterminación. En su pugna con el PSOE por la hegemonía de la izquierda, el partido morado se ha encontrado con que la postura de Pedro Sánchez, alineada con la del Gobierno de Mariano Rajoy e imposible de distinguir de la de Ciudadanos, ha servido para que los socialistas les coman terreno en España.

Sería una lástima que la voz de Podemos, uno de los pocos puentes en esta crisis, se viera alterada por el lastimoso cálculo electoral.