La clave

Elecciones: empate a la vista

Una imagen del Parlament de Catalunya vacío.

Una imagen del Parlament de Catalunya vacío. / periodico

JUANCHO DUMALL

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Unas elecciones autonómicas pueden ser una vía, tal vez la más sensata, para oxigenar el ambiente político en busca de una salida. Para volver a repartir cartas. Pero que nadie se engañe: las elecciones no van a solucionar el problema de fondo. Sobre todo si, como indica la encuesta del GESOP que hoy publica EL PERIÓDICO, los resultados no difieren sustancialmente de los registrados en las elecciones del 27 de septiembre del 2015. Es más, hay datos sorprendentemente coincidentes con los arrojados por aquella cita electoral.

Por ejemplo, el bloque formado por JxSí y la CUP, impulsores de la hoja de ruta independentista, tiene en el actual Parlament 72 escaños (la mayoría absoluta son 68) y obtuvo el 47,8% de los sufragios. Pues bien, en el sondeo que hoy presentamos, ERC, PDECat y la CUP obtendrían entre 70 y 73 escaños, con un porcentaje del 47,9% de los votos. Un resultado prácticamente calcado al de hace dos años. Y en el otro polo, el no independentista, habría entre 61 y 65 asientos (63 ahora), con el 47,8% de los votos.

Conclusión, el voto catalán está dividido en dos bloques prácticamente iguales cuando se trata del sí o el no a la secesión. Por lo tanto, transferir a la ciudadanía la responsabilidad de solucionar el conflicto es un ejercicio estéril. Son los representantes políticos los que tienen que operar democráticamente en una realidad tan compleja como la actual.

Voto del miedo

Por lo demás, la encuesta del GESOP constata que los electores permanecen firmes en sus posiciones pese a sucesos políticos tan relevantes como la jornada del 1 de octubre (con los episodios de violencia policial incluidos) o el traslado de domicilio de más de mil empresas catalanas. El voto del miedo, en un sentido o en otro, no ha funcionado hasta ahora.

Los partidos independentistas pueden mantener su mayoría en escaños, pero saben que el dato de que sus votantes no alcanzan la mitad más uno del censo es munición para el adversario. Eso y la entrada en un mundo político nuevo con la suspensión del autogobierno indican que el 'president' Puigdemont se resistirá a poner las urnas.